Pedro era un niño hiperactivo y con una simpatía arrolladora, en el internado todos lo querían, tanto las monjas como las trabajadoras que se dedicaban al cuidado de los pequeños. Aunque algo travieso, sus travesuras eran inocentes, sus sonrisas permanentes y desde luego ya apuntaba su don de liderazgo que con su carácter arrollador imponía a sus amiguitos...
Esencialmente era un buen niño, aunque indisciplinado, su gran sensibilidad le hacia sentir las tristezas de sus compañeros y hacia lo posible por ayudarlos y consolarlos aunque el estuviera en peor situación por los castigo a los que estaba sometido por sus travesuras.
Se notaba ya su gran inteligencia, se ganaba con su especial forma de ser la admiración de sus maestras y participaba en todo lo relacionado con el teatro del que siempre quería ser el protagonista.
También participaba como monaguillo del culto de forma activa, aunque nunca supo si era por fe o por ese vino tan rico que le gustaba robar al cura de la sacristía...
Dentro de la férrea disciplina a la que se veía sometido en el internado, se sentía siempre muy feliz, gran amante del deporte, del teatro y del canto, con esa voz infantil de tenor que lo ponía en primera fila del coro y de los campanilleros...Parece que su vida comenzó de forma idílica, no echando de menos nunca a esas familias que veía en la calle, las pocas veces que hacían una excursión por Sevilla. Prácticamente había nacido en el internado y no conocía otra cosa...
Esto es una novela absolutamente real, con un personaje real que caminó continuamente en la cuerda floja, a veces en la cúspide social y otras en el más sucio de los fangos.
Yo fui su mejor amigo, hace muchos, muchísimos años. También hace muchos años que quiero escribir sobre el, pues a través del tiempo he podido seguir algunos de sus éxitos y fracasos, los mismo que le llevaron a ser un empresario con logros importante en ocasiones y el máximo perdedor que he podido conocer a lo largo de mi vida...Muchas veces me he preguntado cómo una persona con ese talento especial que el tenia, puede equivocarse tanto como para coger ese fatídico destino, que lo llevó a caminar hacia el abismo...
Capítulo 1
En plena forma.-
Me he encontrado con Pedro en el club de campo, desde hacía mucho tiempo no lo veía, se nota atlético y en muy buena forma, con ese bronceado especial que nos da un tono saludable por los juegos al sol, su favorito coincide con el mío, el tenis, o quizás solo sea por el snobismo que a los nuevos ricos nos produce ese orgasmo mental el sentirnos en la cúspide de la sociedad inscritos en los mejores club...
El está en la pista de al lado y después de un breve pero afectuoso saludo, quedamos para tomar unas copas una vez terminemos nuestros juegos.
La conversación comienza como todas en las que tienes en común esos recuerdos de niños que tanto une y que tan buena excusa es siempre para romper el hielo que la distancia en el tiempo impone en las relaciones, aunque nuestro afecto se había conservado por los años y la alegría de estar juntos de nuevo, no era esa ficticia que tantas veces se producen en la calle con personas que apenas recuerda y te ves forzado a ser amable con sonrisas permanentes que te hacen parecer idiota...ademas ya paso de los cuarenta y me preocupa tanto las arrugas como a las mujeres, solo una persona que se preocupa de esas cosas, puede observar en otras el cuidado al que somete su piel para mantenerse joven y Pedro lo había conseguido por el momento...
Tenía una buena empresa de importaciones, me enseñó fotografías de su mujer y sus niños y esa que con tanto orgullo estaba como fondo de su móvil, un hermoso ferrari rojo deportivo que hasta a mi me dio envidia, se notaba que su posición económica superaba con crece a la mía, no sentí envidia, solo una gran satisfacción por el por qué a mi entender se lo merecía.
Pasamos una tarde maravillosa, después de comer nos fuimos a un pub que el conocía con actuaciones en directo de buenos humorista que nos hicieron reír con ganas...en un momento determinado, entró una morena de esas que decimos de infarto y se dirigió a nuestra mesa con sus movimientos insinuantes y mirando para todos lados como diciendo, aquí estoy yo...se paró en nuestra mesa y besando en la boca a Pedro se sienta con displicencia y satisfecha de si misma.
En principio pensé que era su mujer pues yo estuve trabajando muchos años en París y no había tenido la oportunidad de estar en su boda ni en su casa y no la conocía, pero la foto que me enseñó de su mujer un momento antes, no era la de una mujer que se pareciera en nada a esta que ha entrado.
No sabia que pensar por que las mujeres cambian mucho dependiendo como se arreglen.
Enseguida me sacó de dudas cuando mirándola me dice, ¿Te gusta lo que ves?...conseguí reprimir un ¡es preciosa tu mujer¡, cuando rápidamente el me dijo, es mi novia...tampoco le sonreí por eso, pues en el fondo me entristece esa relación al margen de su mujer, aunque sin saber todos los detalles no se me hubiera ocurrido juzgarlo interna o externamente.
Se levantaron juntos para ir al servicio, estaba una puerta al lado de la otra pero los dos se metieron en el de mujeres, al cabo de un rato y de forma visible al salir, se limpiaban las narices y en sus dedos quedaba un pequeño rastro de un polvo blanco evidenciando la adicción que los dos tenían...
Me despedí de el con mucha tristeza y preocupación, he visto a lo largo de mi vida muchas personas en buena forma tanto física como mentalmente, arruinar sus cuerpos y sus finanzas por ese veneno que poco a poco se mete en tu sangre y te llevan por un camino de destrucción hacia el abismo...
Capítulo 2
Pesadillas,-
Me he despertado en plena noche con un nudo en la garganta, estaba soñando con mi querido amigo de la infancia, pero su rostro no lo reconocía, su sonrisa había desaparecido y su bronceado y atlético cuerpo era la encarnación de un cuerpo roto, enjuto y desmadejado, sus piernas no les respondía y con los ojos lleno de lágrimas me pedía que lo ayudara. Me hacía preguntas dentro del propio sueños como...¿no puede ser que un niño de seis años esté en esas condiciones que solo vi en los centros de drogodependencias en los adultos...y como podía ser que en el sueño lo viera como un joven apuesto y fuerte cuando era solo un niño...los sueños se entrecruzaban de una forma absurda que me hizo pasar la noche muy inquieto deseando despertar.
Lo primero que hice por la mañana es tomar la tarjeta que me había dado y llamarlo por teléfono, una voz cansada y apenas audible me contestaba desde el otro lado, tardó en reaccionar cuando le dije quien era y le comente mi sueño, siendo ese el motivo que me sintiera inquieto por él y quería saber como se encontraba, No te preocupes Ángel, solo creo que me pasé anoche con el alcohol y me acosté muy tarde, nada que no pueda solucionar una buena ducha y un café.
Pues me quedo mas tranquilo Pedro, llámame para lo que sea que necesites, quizás quieras explicarme con más calma ese asunto que tienes con la joven, aunque no sea cosa mía, si me preocupa, pero sobre todo quiero hablar contigo de ese tema del consumo de cocaína que puede llevarte a un envejecimiento prematuro y acabar con tu vida y tus finanzas...
No puedes decirme eso, apenas la pruebo salvo en contadas ocasiones y tienes que saber que tengo mi cabeza muy bien amueblada y jamas voy a caer en una dependencia tan destructiva como esa, solo en fiestas ocasionalmente la tomo y esa mierda no va a poder conmigo...
Yo no me tranquilicé con lo que me dijo, aún me preocupó más, porque había leído mucho sobre las formas en que la gente se engaña así mismo en estos temas autoconvenciéndose de que puede controlarlo y solo la tomará cuando el quiera y no cuando esa droga u otra cualquiera se lo imponga, ¡yo no soy como los demás¡ se decía así mismo...
Quedé en llamarlo otro día para comer, pero después de varias llamadas infructuosas, desistí de hacerlo y terminé por preocuparme definitivamente por la suerte de Pedro.
Un día, vi su ferrari aparcado en la puerta de una cafetería y entré a buscarlo, no lo vi dentro y le pregunté al camarero por el dueño de ese coche, me señaló a un cliente que yo no conocía y me dirigí a el para preguntarle...me contestó que el coche se lo había comprado a un tal Pedro y por cierto muy barato porque tenía urgencia por obtener dinero para un asunto que tenía pendiente, este sujeto me dice que se llama Raúl y continua diciendo,...me he enterado esta mañana que le debía mucho dinero a unos narcotraficantes y ese sería el motivo de que quisiera venderme el coche, me duele ese tema porque yo fui compañero de el en la facultad de ciencias y era un buen chico y muy crítico con el tema de las drogas...me hace sentir mal que haya caído así.
Intenté mantener mi serenidad delante de ese señor que no conocía de nada y guardar mis tristes emociones que pugnaban por delatar la importancia de esa noticia tan desafortunada, inmediatamente me acordé de la conversación de aquella mañana en que lo llamé preocupado por uno de mis sueños en el que me aseguraba que no me preocupara por eso, el controlaba su vida y nada ni nadie podía controlarlo a él...para mi parecía evidente después de lo que me acababa de enterar, que su vida se estaba precipitando a ese vacío sin fondo que parece no tener fin, pero generalmente si lo tiene cuando un día te paras en seco porque las puertas del abismo se han abierto y tu sigues cayendo y cayendo indefinidamente...
Capítulo 3.-
Una verdad incómoda.
He recibido una llamada de Pedro pidiéndome que lo vea para hablarme de un asunto importante, la primera impresión que tengo al verle es deprimente, vuelvo a recordar ese sueño que tuve y todo indica que se va a hacer realidad, esta desaliñado y sucio, sus dedos negros evidencia el consumo de heroína inhalado en el papel de plata que deja ese rastro negro como de carbón, pronuncia un buenos días entrecortado y lleno de nerviosismo para espetarme inmediatamente, dame doce euros por favor lo necesito, no puedo estar de pie...en ese momento no puedo acceder al recuerdo de ese niño guapo de mi infancia tan lleno de vida y de carisma, lo que tengo delante es un despojo humano que ha perdido en su rostro todo atisbo de humanidad...le digo que no, no voy a alimentar su problema haciendo que consuma más, sus lágrimas asoman mientras me dice que no me volverá a pedir dinero, que lo necesita para sentirse bien para afrontar una entrevista de trabajo...
Es la primera noticia que tengo de que su empresa había pasado a mejor vida y carecía totalmente de recursos propios, su mujer hacía tiempo que se había ido con los niños y su amante cayó con el en ese pozo de desesperación en lo que se había convertido su vida. A Lola la amante, la reconocí en una esquina apartada a su espalda, era la sombra de esa mujer que un día entró tan voluptuosa en el pub, intentó sonreír al mirarme y una boca sucia y desdentada con algunos dientes negros le confirieron un aspecto repulsivo, me estremecí al ver lo que la droga puede hacer con las personas en tan poco tiempo, aunque ya había visto a muchos en esa situación, esta vez me estaba dando de lleno por mi cariño hacia ese gran amigo de mi infancia...
Retomo mi conversación con el olvidando la visión de Lola, te voy a ayudar hoy Pedro, pero solo a ti, te vas a venir a mi casa a ducharte y cambiarte de ropa y después te acompañaré a esa entrevista de trabajo, Lola que se busque la vida como pueda, si estás de acuerdo vente conmigo.
Al entrar en mi coche veo a Lola salir corriendo para donde estábamos y yo sin hacer caso de sus llamadas acelero y abandono el lugar camino de mi casa, en una esquina, Pedro me pide que pare y le dé el dinero, le doy los doce euros y se encamina hacia dos adolescente que tenían que estar aún en el instituto y dándole el dinero le reclama su mercancía...
En el coche no dejaba de bostezar y moquear, decía que le dolía todo el cuerpo y no se sentiría bien hasta que se pusiera...empecé a aprender palabras extrañas para mi como, mono, ponerse, bazuco, chute y un sin fin de extraños modismos utilizados entre los drogadictos.
Le pedí que se metiera antes que nada en la ducha, su olor me resultaba insoportable, pero su mayor e imperioso deseo era quitarse el mono y se sentó en el suelo, sacó una jeringuilla sucia del bolsillo y una cucharilla y yo empecé a protestar, de eso nada Pedro, en mi casa no te vas a pinchar...
En ese mismo instante comprendí la tragedia de mi amigo y el punto en el que se había hundido...
haz lo que tengas que hacer pero no delante mía, vete al cuarto de baño y espero que salgas preparado para esa entrevista, te voy a sacar ropa limpia...
Cuando salió del cuarto de baño parecía un hombre nuevo, su rostro había cambiado, su cuerpo parecía más erguido, su humor era de nuevo excelente, pero no me dejé engañar por ese aparente cambio, sabía que en cuanto su cuerpo necesitará una nueva dosis, todo empezaría de nuevo con el, deseaba llevarlo a la entrevista y por muy doloroso que fuera para mi, deshacerme de su presencia a la primera oportunidad que se me presentara, no permitiría de nuevo que entrara en mi casa o me implicara en eso que hizo de parar a comprar drogas con lo que suponía de peligro para mi...
Ya en la calle le pregunté por la dirección de esa entrevista, balbuceo un instante y me confesó que no había tal entrevista, necesitaba imperiosamente esas dosis y al verme no se le ocurrió otra forma de conseguirla conmigo...lo mire a los ojos y en ellos no había remordimientos ni sentimientos, me dije a mi mismo que no volvería a verlo y menos a ayudarlo en ese sentido, se instaló en mi mente un vacío provocado por esa verdad incómoda e intangible que te aprisiona el pecho y de mi mente desapareció ese niño de antaño que tanto quise.
Capítulo 4.-
Sueños y recuerdos.-
Esa noche me costó mucho dormir, le daba vueltas a la cabeza y me decía que no podía dejar a Pedro a su suerte, tenía que buscar la manera de ayudarlo a superar su adicción y verlo de nuevo triunfador y sonriendo, con la cabeza me negaba a mi mismo esos pensamientos que me resultaban utópicos, días atrás había estado comentando su problema con una asistenta del servicio de drogodependientes de Cáritas y me comentó que muy pocas personas se recuperaban de ese problema, recordé sus palabras y me sentí deprimido. Urgué en mis recuerdos para traer a mi mente ese niño que conocí y por un momento conseguí ahuyentar de mi mente la tristeza y me quedé con sus sonrisas sonando dentro de mi alma mientras mis lágrimas desaparecen y el sueño se apoderaba de mi vigilia.
Sentí un fuerte coscorrón sobre mi cabeza dado por la hermana Sor Patricia, Pedro y yo exclamamos a la vez, ¡hay¡ mientras nos llevábamos la mano al chichón que ya empezaba a notarse y a doler. Las monjas tenían una especial habilidad para hacerte merecedor de una colección increíble de señales sobre la cabeza, que solo se notaban cuando por algún capricho de los piojos, se cebaban en los niños empeñándose en utilizar tu cabeza como centro de reunión y festín para su supervivencia, la única ventaja que teníamos entonces es la de no asistir a clase, el inconveniente era que te dejaban la cabeza como un espejo pulido cuando sin piedad te afeitaban hasta los pensamientos. Yo ya era en esa época muy presumido y hasta que no me salía el pelo, procuraba no cruzarme con las niñas del internado de la vergüenza que me daba, pues aún estando en edificios separados, el jardín era una zona de encuentro para esos acercamientos infantiles que tanto buscábamos
Precisamente, ese fue el motivo del coscorrón de la monja, en un descuido cuando estábamos solo Pedro y yo, nos llevamos a la preciosa Laura al jardín apartándonos de los demás y allí comenzamos a jugar a los médicos, estaba en plena faena con una ramita en la mano con la falda levantada de Laura para ponerle una inyección para que se pusiera buena y las dos manos de la monja se descargaron a la vez con fuerza sobre nuestras cabezas, Nunca pude comprender si las monjas se materializaba como por arte de magia junto a nosotros, pues jamás las oíamos llegar, o era que se transmutaban en cuervos y llegaban volando para sorprendernos con sus nudillos hechos de acero...
Me desperté con la mano sobre la cabeza en el sitio que me dolía por ese chichón que hacía años me había ganado en el internado, pensé en ese detalle con tanta realidad, que me sorprendió sentir hasta el dolor de un hecho que se había producido tantos años atrás. Despierto, seguí pensando en esos recuerdos que me hacía sentir tanta alegría y poco a poco volví a la realidad al recordar al Pedro actual tan diferente de aquellos tiempos en que todo era más fácil y nuestro cariño no estaba ensuciado por los desgraciados acontecimientos.
De nuevo evoque esa triste imagen de él sentado en el suelo preparando su droga y las lágrimas como por arte de magia hicieron su aparición para destrozarme el alma...tomé una pastilla suave para dormir porque sabía que me seria muy dificil volver a hacerlo en ese estado tan triste en el que quedé con el último recuerdo, quise volverme a dormir pronto y soñar con esos años en el internado y poder alimentar a los pajaritos que se caían de los nidos y que yo me llevaba en una caja de zapatos para ponerlo bajo mi cama y alimentarlos con migas de pan mojado que me ponía en los labios para que la tomaran...con eso en mi mente, poco a poco me quedé dormido...
El teléfono me hizo volver a una realidad más dura que la de los sueños, me llamaba la trabajadora social de Cáritas para decirme que a Pedro lo habían internado en la unidad de Psiquiatría del hospital por un intento de suicidio, se encontraba en coma, el corazón me dio un vuelco y sin duchar me vestí a toda prisa para irme al hospital...
Capítulo 5.-
Doloroso encuentro.
De camino al hospital la cabeza me daba vueltas, intentaba tranquilizarme diciéndome a mí mismo que todo se solucionaria, mi amigo era un hombre joven y fuerte aún incluso con ese enorme bajón que ha dado últimamente. Intente acceder a mi banco de memoria para encontrar esos agradables momentos de nuestra infancia y sonreí de pronto al recordar el sueño de anoche y otros de los chichones que me gané, esta vez fue en el comedor de verano, un precioso sitio más parecido a un merendero con mesas y asientos de piedra entre unos arboles del jardin. La casa cuna la recuerdo como un sitio precioso y he vuelto en muchas ocasiones para recordar y sentir mi niñez.
Estaba en ese comedor de verano con un plato de remolacha que odiaba por la frecuencia con que la ponían, vacié mi plato sobre unas servilletas y me levanté para tirarla al aire sobre el jardín de al lado de la casa del cura, con tan mala suerte, que por el aire se salió toda la remolacha del papel pareciendo un festín de color rojo adornando el cielo...aún estaba absorto con el espectáculo temiendo que me hubiera visto algunas de las monjas que pululaban por el comedor dispuesta a darte un golpe con el cucharón que era su elemento preferido en el comedor para ponerle las pilas a los traviesos...el golpe no tardó en llegar sobre mi cabeza cuando aún no había notado su presencia detrás mía.
Sonreí de nuevo al pensar en eso y convencerme que desde luego tan rápidas apariciones sin que yo lo advirtiera, solo podía ser debido a esa transmutación que sufrían en cuervos...
Un hilo de sangre me corría por la cara, la monja se asustó y me tomo de la mano haciéndome correr hasta la enfermería donde me lavó la herida y me puso mercromina, yo solo pensaba en la próxima invasión de piojos para después del afeitado reglamentario, presumir de mis heridas de guerra y la larga ausencia impuesta por mí hacia la gran aventura de esconderme de las monjas para encontrarme con ese niña tan preciosa que me hacia soñar despierto...
La vista a lo lejos del hospital, me hizo volver a la dolorosa realidad del momento y toda alegría desapareció como por encanto, quise aferrarme de nuevo a los recuerdos un poco más para traer a mi memoria el día que hicimos el belén viviente, donde mi preciosa chiquilla hacía de virgen Maria y yo con una barba que me picaba horrores hacia las veces de San José. Mi vista no se apartaba de esa cara tan bonita y lloré con ella cuando muy cansada por las horas que estábamos quietos, quería salir del portal de Belén y la misma monja que me hizo la última herida, le daba solapadamente con una regla es las piernas para que no se moviera, había publico y teníamos que quedar bien...
Tampoco le quitaba la vista a mi amigo Pedro que vestido de pastorcito tomaba del lazo rojo al corderito que tenía al lado, me ponía nervioso que no le quitara el ojo a esa preciosa virgen Maria.
Cuando por fin descansamos del belén viviente, pudimos estar en el pasillo unos momentos a solas y nos cogimos de la mano, ya era una mujercita con sus cuatro años y yo la quería para mi solo, le prometí que cuando fuéramos mayores me casaría con ella, la mala fortuna quiso que u pajarraco se presentara de improviso para separarnos las manos y darnos dos buenos coscorrones, me partió el alma ver como lloraba sin que pudiera hacer nada.
Empecé a odiar a ese cuervo y me vengue de ella cuando en una excursión en autobús, me puse sigilosamente detrás de ella y de un tirón le arranque la toca, esas que llevaban antes que parecían dos alas para volar, dos alas blancas que disimulaban la negrura de sus verdaderas alas...los gritos de alegría de los niños me sorprendieron y confundieron al ver ese pelo corto de la monja pegado por el sudor del verano, me recordó a una rata mojada y empecé a reírme. La monja empezó a llorar seguramente humillada, pero tomó el relevo del castigo otra monja que desde atrás me propino tal guantazo que me tiró al suelo...yo seguía riéndome...
Empecé a odiar a ese cuervo y me vengue de ella cuando en una excursión en autobús, me puse sigilosamente detrás de ella y de un tirón le arranque la toca, esas que llevaban antes que parecían dos alas para volar, dos alas blancas que disimulaban la negrura de sus verdaderas alas...los gritos de alegría de los niños me sorprendieron y confundieron al ver ese pelo corto de la monja pegado por el sudor del verano, me recordó a una rata mojada y empecé a reírme. La monja empezó a llorar seguramente humillada, pero tomó el relevo del castigo otra monja que desde atrás me propino tal guantazo que me tiró al suelo...yo seguía riéndome...
No me habia dado cuenta que absorto en mis pensamientos, estaba en la misma puerta del hospital
y toda sonrisa de mis últimos recuerdos desaparecieron de pronto, aunque estaba impaciente de ver a Pedro y saber como estaba, tomé el pasillo hacia los ascensores e intentaba tranquilizarme convenciéndome que no sería tan grave...me paró la asistenta de Cáritas que me acercó hasta un cristal de la unidad de cuidados intensivos, la impresión que me lleve se quedaría por mucho tiempo grabada en mi retina...
Capítulo 6.-
Al borde de la muerte.-
Pedro imponía enchufado en todos esos cables y aparatos que lo rodeaban para mantenerlo con vida, me impacto ese triste espectáculo y me recordó a mis dieciocho años cuando un amigo estudiante de medicina me llevó a la sala de disección del instituto anatómico forense donde le tocaba hacer unas prácticas. El olor era sofocante cuando entré en esa sala llena de mesas con cadáveres en diferentes estados de disección, algunos con el tórax abierto, otros con el cráneo levantado, aunque era muy desagradable, lo que más me impactó y no comprendo el motivo, era una joven muy guapa que tenia algodones en los ojos, un estudiante me pregunto si quería ver sus ojos que eran azules y hermosos, le contesté que si y le quitó los algodones para mostrar una negrura infinita en unas cuencas vacías.
Confieso que estuve tres día sin dormir y apenas podía comer, analizaba continuamente lo que somos y que nunca me había planteado, solo un conjunto de vísceras, huesos y carne donde el Dios que yo conocía había desaparecido, pues no podía comprender a ese Dios todopoderoso que me habían enseñado, no entendía sus planes ni porque permite que el hombre terminara así, necesité tiempo para asimilar ese echo, quizás por que hasta ese momento jamás me había encontrado con la muerte.
Me costó aún más entender a esos estudiantes que gastaban bromas y reían continuamente, uno de ellos incluso con un bisturí en la mano y un bocadillo en la otra, abría el vientre de un señor gordisimo y podía contemplar una grasa amarillenta bajo su piel...me sentí de pronto mareado, me faltaba el aire y tuve que salir apresuradamente de allí. Pasé mucho tiempo muy mal viendo al hombre desde una perspectiva que no me llevaba a ninguna parte, solo a perderme en divagaciones existenciales haciendo que mi cabeza fuera un caos total...
Un movimiento de cabeza de Pedro, me sacó de esos pensamientos para ver esta otra realidad que se me planteaba más dura por su cercanía en el tiempo y a una persona que tanto cariño le tenía, el anterior recuerdo me pareció en ese momento un asunto nimio en comparación con esta realidad presente, necesitaba apartar la vista de ese triste espectáculo y me preocupé por saber quien era su médico para hablar con el y me explicara la situación, el no tenia familia por lo que el medico me dio las explicaciones oportunas.
Había ingresado por un intento de suicidio con barbitúricos y cortes profundo en los brazos que le seccionaron varias venas, lo encontró la policía local por una llamada de un señor que lo vio a las afuera de la ciudad en una barriada conocida por las autoridades como punto caliente de drogas.
Había un gran charco de sangre bajo el y tenia el conocimiento perdido, según el doctor, solo su juventud le salvo de una muerte segura. Me aseguró que fue un intento con todas las señales de querer triunfar en el intento y no solo como otros que lo que quieren es llamar la atención por necesidad de que los ayuden...
Dentro de su gravedad, me dijo que estaba evolucionando bien y que se quedaría una vez pudiera sacarlo de la unidad de cuidados intensivo, en la planta de pacientes con problemas psiquiátricos,
pero la única posibilidad que tenia de no volver a intentarlo pasaba por una desintoxicación absoluta
y un largo periodo de cuidados con el equipo de psicología, sobre todo con una terapia de reeducación para integrarse de nuevo en actividades que le hagan sentirse útil para si mismo y la sociedad. Se había automarginado por su adicción.
Aunque el medico aún no había hablado con el, conocía muy bien por su experiencia la forma en que tenía que tratar este tipo de problemas.
Cuando salí del hospital con la asistenta de Cáritas, tomamos un café y comentamos el problema de Pedro y la forma de ayudarlo, le comenté que había pensado llevarlo a mi casa y poder seguir su evolución, seguramente si encontraba un poco de cariño y ayuda, podría salir con mas facilidad adelante. Me advirtió por su experiencia con los enfermos del centro de drogodependencia de Cáritas,
si no dispone uno de una gran preparación, es muy difícil sacar adelante a este tipo de enfermos que se convierten en mentirosos patológicos, pues si sienten el mono pueden engañar a su propia madre.
Le comenté que en esos meses que tenía que estar en el departamento de psiquiatría hasta que el doctor le diera el alta, saldría sin dependencia y seria más fácil para mi ayudarlo a salir adelante.
Tu no lo conoces como yo, es un gran hombre y con mi ayuda y el aliciente de recuperar su vida de nuevo, se que va a poner de su parte todo le pueda...Ella meneaba la cabeza pero no me quitaba la idea directamente, de todas formas entendería como yo que más vale la pena intentarlo...
Me fui para mi oficina pensando a lo que me enfrentaba, pero seguía teniendo en mi mente a ese pequeño del internado con el que tantas aventuras había vivido y por las que tantos castigos recibimos, sobre todo aquel día que estábamos los dos con cinco años pegados a unos trabajadores de la huerta que recogían unas patatas, nuestra misión era esperar a que tiraran las colillas de sus cigarros para fumar, la primera vez que lo vi darle una calada al cigarrillo, dos lágrimas le corrían mientras tosía de manera convulsiva, yo no podía dejar de reír, hasta que me tocó a mi coger una colilla y meterme el humo en mis vírgenes pulmones, el muy cabrito se orinó encima riéndose y como por encanto, aparecieron dos ángeles vengadores con ropa negra y toca de paloma para
llevarnos cogido por las orejas camino del cuarto de los castigos...lo único que realmente nos preocupaba a los dos, era que pasaremos el día sin comer y la noche sin dormir por los retortijones de la barriga, pero aún así nos mirábamos y nos reíamos de la aventura vivida, ya éramos hombres...Unos hombres con cinco años y muchas aventuras en la mochila...
Capítulo 7.-
El día de la esperanza.-
Me permitieron visitar a Pedro cuando el psiquiatra lo consideró oportuno y me llevé una agradable sorpresa cuando lo ví, estaba más gordo, por lo menos en comparación con ese pellejo pegado al cuerpo que lucía en el momento de su ingreso y esa piel pegada a sus rostro que lo envejece de forma alarmante. Lo primero que hice es transmitirle tranquilidad y esperanza diciéndole que pusiera todo de su parte para podérmelo llevar a mi casa hasta que se recuperara del todo y tuviera un trabajo.
Muy pocas veces he visto llorar a Pedro con ese sentimiento en el que se notaba un profundo agradecimiento, le advertí que no iba a tener consideración si no seguia en la linea correcta.
Para mí no era un asunto fácil tener a un yonky en casa con la experiencia que ya tenia con otros drogodependientes...recuerdo a uno en concreto que tenia a la madre enferma por sus faenas, muchas veces la llamaron de la comisaria porque habían cogido a su hijo con joyas, que resultaba eran robadas en su propia casa a la madre, ella nunca lo denunció y se limitaba a llevárselo a su casa con las joyas que aún no había podido vender... el se secaba las lagrimas y me prometía que todo seria diferente y que no me defraudaría...A mi no me vas a defraudar Pedro, es algo con lo que tengo que contar, pero si te defraudas a ti mismo, esta vez puede que te cueste la vida...
La experiencia más directa fue con un enfermo de Cáritas que me lleve a casa porque estaba recuperado y no tenia donde estar, trabajaba con el hermano en su fábrica y el lo echó de su casa.
Tenía prescrita la metadona y empezó muy animado y seguro de salir del todo de esa enfermedad.
Su hermano habló conmigo y me dijo que lo dejaba en mis manos y que cuando estuviera seguro que estaba bien, el lo volvería a meter en su fábrica y en su casa.
El primer mes lo vi bien, pero poco a poco lo noté con los primeros síntomas que son tan visibles en un yonky, si había consumido se quedaba dormido en el sillón...me lo llevé un día a Cáritas para que le hicieran un doping y dió positivo por lo que le dije que a mi casa no volviera, de mi casa estaban desapareciendo cosas y no podía dudar de que el se las llevaba...le conté a Pedro esa historia y me juró que a el no le pasaría, sabia que le iba la vida en ello...
Por fin me lo lleve a mi casa cuando le dieron el alta incluso en contra de los deseos de la trabajadora social que me decía que no sabia en que me metía, yo había tenido la experiencia anterior así que si sabía en lo que me estaba metiendo, pero si lo hice con un desconocido, como no hacerlo con mi amigo de la infancia...
El día que llegamos a casa fue uno de los más felices para mi de los últimos tiempos tan turbulento, el estaba radiante y feliz y sentí un profundo cariño y determinación por seguirlo en su evolución.
Me recordaba a esos días del internado cuando uno de los niños lo adoptaban y preparaba su maletita para irse con sus nuevos padres, había que ver la cara de esos niños dispuesto a esa gran aventura de tener un hogar y unos padres que lo cuidasen, yo era también un crío, pero no se porque motivo se me ha quedado guardado en la memoria tantas vivencias y sentimientos de esos primeros nueve años de mi vida que pasé allí. Algunas veces me río solo en casa cuando voy a levantarme a coger algo y en cuanto llego a la puerta he olvidado que era...¡me digo¡ ¿Como es posible que me acuerde de tantas cosas de mi infancia y olvide tantas cosas de los acontecimientos recientes?...
El primer día fue maravilloso, me sentía feliz de verlo sonreír y las ganas que tenia de normalizar su vida, pero había una cosa que tenia que preguntarle y lo hice. ¿Por qué intentaste suicidarte?, tenias que haber hablado conmigo y podíamos haber buscado una solución antes de llegar a esos extremos...creía que éramos amigos y los amigos no se hacen esas putadas unos a otros...
Me comentó su motivo. la noche anterior a eso se encontraba muy mal y enmonado, estuvo pensando en llegar a casa de un matrimonio de amigos suyos y matarlos para robarles, ese solo pensamiento me atormentaba y decidí que no quería vivir así mas tiempo y llegara un día en que del pensamiento pasara a la acción porque no podría vivir con su conciencia así el resto de su vida...
Se sintió aliviado por decírmelo, pero en mi fuero interno me dejó preocupado comprobando en el estado mental al que había llegado, no quería dormir con un ojo abierto mientras estuviera en mi casa.
Procure olvidarme de esos pensamientos y poner con el toda la carne en el asador, llegaron días de vinos y rosas como se dice en las novelas románticas, pero no podía impedirle el hecho a mi mente que pensara por si misma y me dijera...¿Hasta cuando?...
Antes de que se fuera a su cuarto nos reímos muchísimo recordando la vez que en plena madrugada nos vestimos con las sabanas de la cama y pasamos por las otras cama en plan fantasma y diciendo, buuuuu, buuuu, éramos dos fantasmas de seis años asustando a niños de ocho en otro dormitorio,
algunos lloraron tan fuerte que se presentaron los cuervos para picotearnos con sus nudillos nuestros cráneos siempre pelados por los castigos, pero nunca me arrepentí de nada, la aventura de vivir es maravillosa con esa edad y más cuando uno puede atesorarla de esa forma en los recuerdos...
Capítulo 8.-
Aquellos días felices, el gato con botas.-
Las situaciones por las que pasan las personas, se viven de diferente forma dependiendo de la manera de ser del individuo. Cuando le he hablado a alguien de que me crié en un hospicio, me dicen ¡pobrecito, que mal lo tuviste que pasar¡..., nada de eso, mis recuerdos son bellos, incluso con tantos castigos como me llevé por mis travesuras. Aquí en esta fotografía fue donde me bauticé, en la iglesia del internado que como todo él, era una obra de arte y una belleza.
Quizás un niño no pueda apreciar esas cosas, pero yo seguí visitando la casa cuna por años por mis hermosos recuerdos olvidando los castigos, la mala comida...recuerdo que mi madre suple con algo extra, pues trabajaba en ese centro y aunque por más de dieciocho horas al día por su obligación de darle de mamar a otros niños y la prohibición de las monjas de que me diera un trato especial para no hacerle sentir mal a otros niños, la tenía cerca de mi.
También hice mi primera comunión en esa hermosa iglesia.
Yo no creo tener una memoria especial, es `posible que el que recuerde tantos detalles por un lado es porque fueron muy bonitas mis experiencias y por otro, mi madre me estuvo hablando toda la vida de un montón de cosas que se me quedaron grabadas de por vida y para siempre...
Una de ellas, es el día que nevó en Sevilla y mi madre me compró unas botas altas blancas con las que me encantaba pisar la nieve. Mi amigo Pedro que en esa epoca tenia como yo cuatro años, no tenía y decidimos que los dos utilizaríamos esas botas, Fuimos todo un espectáculo para las monjas y las trabajadoras de la casa cuna cuando yo salí con una bota en el pie derecho y Pedro la otra en el izquierdo, a mi enseguida me pusieron el gato con botas, protagonista de un cuento infantil y me pase horas llorando cuando ya la nieve se había derretido y me obligaban a ponerme el calzado normal...
A veces he pensado en que era normal que me sintiera feliz en ese sitio, teníamos una bonita piscina, comedor de verano entre jardines y mesas de piedra, un comedor de invierno y todo el conjunto era realmente hermoso...
Ademas tenia a ese gran amiguito Pedro que de mayor al ver fotos del colegio, sospechaba que era mi hermano de lo mucho que se parecía a mi, aunque mi madre me sacó de esa duda cuando me contó que a Pedro lo habían dejado en el torno unos días después que yo recién salida mi madre del hospital de dar a luz entrara en la casa cuna por un contrato de trabajo...nunca conocieron a los padres de Pedro. Era habitual en esos años de la posguerra que tantas necesidades había y las madres solteras no podían alimentar a sus hijos, los dejara en el torno de la casa cuna, como un giraplatos de un hotel de lujo, pero en este lugar solo eramos niños dejados a nuestra suerte...
Es el mismo amigo que estaba mirando cuando dormía plácidamente en el sofá de mi casa empezando a sudar de preocupación por mi pregunta que no supe responder...¿que hace a las 12.00 de la mañana durmiendo en el sofá, cuando se suponía tenia que estar en la calle buscando trabajo?
Un escalofrío me recorrió la espalda al recordar el comportamiento de mi anterior inquilino, no tendré mas remedio que estar muy pendiente de sus andaduras, si no me quería ver obligado a echarlo de casa, en esta ocasión seria más doloroso para mi...no quise molestarlo, pero en cuanto se despertara hablaría con el y le propondría llevarlo a hacerse un doping...el solo hecho de pensarlo me dolía, si llegara a tener una recaída, puede que esta vez no saliera con vida...
Capítulo 9.-
Sospechas.-
A las dos de la tarde Pedro seguía durmiendo en el sofá, me puse a la faena de hacer la comida con mucho nerviosismo y preocupación, no pude terminar, fui a despertarlo y le espeté con crudeza, tu crees que estás en un hotel?, levántate y ayúdame con la comida...me miró como reprochándome mi enfado pero sin decir nada se levantó y entrando en la cocina me pregunta, ¿cómo puedo ayudarte?, y a continuación me dice que porque estoy enfadado.
Después de comer hablamos Pedro, ahora ayúdame a limpiar el pescado. Se quedó en silencio y me ayudó sin decir más nada, yo evitaba mirarlo y el se quedó como ausente, parecía que se hubiera levantado un muro entre nosotros...Comimos en silencio y cuando terminamos nos sentamos a tomar un café y sin muchos rodeos le dije...Estoy preocupado por ti, tu comportamiento me hace sospechar que de nuevo estás consumiendo, ¿Cómo puedes estar durmiendo casi hasta las dos de la tarde con las cosas que tienes que hacer por ti mismo?...
Se me ocurrió suavizar la situación para que no se sintiera agobiado, pero sobre todo para darle tiempo a reflexionar y no me contestara con unas mentiras improvisadas...Aunque sin ganas sonreí,
para decirle inmediatamente, ¿te acuerdas de esa vez que nos iba a llevar mi madre a los dos fuera de la casa cuna para ir a ver a una amiga?, no ängel, no se a que te refieres...
Mi madre nos tomó de la mano a los dos, en la escalinata estaba la superiora y cuando íbamos a coger el camino, yo me solté de la mano de mi madre y mirándola le dije, no, no, he yo solito...ha, ya, tu madre me contó eso muchas veces y como se reía a carcajadas la madre superiora y el cura que estaba con ella. Pues esta historia es para que recuerdes algo, Yo he solito siempre, porque jamás he contado con nadie para que me ayude en los malos momentos, pero tu me tienes a mi y parece que no valoras esa ayuda, pues lo mínimo que tenias que hacer es respetar lo que estoy haciendo por ti y sobre todo aprovechar esta oportunidad para rehacer tu vida...
Se me quedó mirando como si no supiera a qué me refería...se lo dije sin ´mas rodeo, tu comportamiento me hace pensar que sigues consumiendo drogas. ¿Pero que dices tio?,..no digas nada Pedro, antes de darte la oportunidad de mentirme te voy a preguntar, ¿Quieres venir conmigo a hacerte un doping?,...su rostro se ensombreció, sus lágrimas empezaron a asomar seguramente recordando lo que le dije antes de meterlo en mi casa...Pedro, el dia que compruebe que has consumido, no quiero echarte de casa, coge tu maleta y te vas....ahórrame ese dolor, tus lágrimas de drogadicto no me conmueven, os convertís en grandes actores del engaño...
Ängel, te juro que estoy limpio, desde que estoy en tu casa me he mantenido con la metadona sin necesitar para nada consumir drogas. Bueno, entonces no tienes inconveniente que vayamos a hacerte un dopaje. No tengo ninguno pero tiene que ser la próxima semana, porque esta tarde voy a una empresa a hacer una entrevista y mañana empiezo en un bar todo el dia.
No quise forzar la situación aunque se me estaba mintiendo y con esa excusa me quedé convencido de que seguía tomando drogas, generalmente los dopajes no registran el consumo pasado diez días y
para mi estaba claro que necesitaba ese tiempo para salir limpio, pero de donde el viene, yo ya he ido y vuelto cien veces, a mi no me puede engañar...
Bueno Pedro, recordemos otros momentos más felices, aunque de esto que me estoy acordando no es precisamente feliz...toca mis brazos, verás lo fuerte que los tengo, ¿recuerdas por qué?...
Pero lo que te quería contar es si recuerdas lo del día que estábamos jugando con una pelota en el huerto?... no, seguro que tu sí porque tienes una madre que es un magnetófono, que te lo repite todo...comencé a reír y él me coreo las risas, anda cuéntamelo porque de todas formas no lo puedes evitar...me volví a reír y le dije, ese día tu tiraste la pelota y cayó entre las patas de un perro que estaba amarrado con una cadena a un árbol, no quisiste ir a cogerla porque te daba miedo, a mi siempre me gustaron los perros y yo decidí ir a por la pelota, pero no me limité a cogerla, me senté entre las patas delanteras del perro donde estaba la pelota y al ir a cogerla el perro de un bocado en la axila derecha me tumbó al suelo, el trabajador que estaba en la huerta le dió un grito y el perro me soltó, pero tenía tal desgarro en la piel, que la sangre manaba en abundancia, rápidamente me llevó a la enfermería donde me dieron unos puntos...me levanté la camisa y le enseñé otras de mis cicatrices de mi guerra infantil, coleccionaría otras más por accidentes y otras en la cabeza porque era una moda muy arraigada entre las monjas y las maestras...ya se sabe, la letra con sangre entra...
Pasamos un rato agradable hasta que a el le llegaba la hora para irse a esa entrevista y yo irme a la oficina, sin dejar de darle vueltas al asunto de Pedro, decidí que por la mañana temprano lo llevaría a hacerse un dopaje antes de ir a trabajar a ese supuesto bar...
Capítulo 10.-
Un accidente grave.-
Por la tarde tenía que salir más temprano de la oficina, estaba invitado a la boda de un buen amigo mío y me fui a casa a cambiarme de ropa.
Aparcando el coche vi a Pedro girando una esquina con una bolsa en la mano, parece que venía de mi casa y me quedé algo preocupado, estuve mirando en los cajones donde guardo la cubertería de plata y de la docena de cada cubierto faltaba uno de cada modelo, cuchara, tenedor y cuchillo, cucharillas de café y lazos de plata para las servilletas...
No sentí la pérdida de esos objetos, pero si me dolio muchisimo que me hubiera robado después de lo que intentaba hacer por el, pero en fín, me dije...te has sentenciado amigo porque no te lo voy a perdonar. Intenté olvidarme momentáneamente de el y disfrutar de la boda...pero antes fui a comprar una nueva cerradura y la puse en la puerta...
La cena después de la boda fué en unos jardines a las afuera de Sevilla, un hermoso restaurante con las mesas dispuestas en el jardín, un grupo de moda cantando y tocando instrumentos y un hermoso organo electronico, la verdad sonaba muy bien el grupo y yo disfruté de lo lindo comiendo y para remojar la copiosa comida, aproveché la barra libre con mi bebida favorita, balentain con hielo...es ese motivo por lo que mi cuenta de coreo se llama balentain@...he tenido varios negocios de hostelería y es lo único que he bebido siempre.
Aunque tanto beber me iba a pasar factura esa noche, yo me fui en el coche del novio al convite, pero a la hora de volver ya de madrugada, lo vi tan borracho que le quite las llaves del coche para conducirlo yo, fue un error porque parece que un borracho siempre piensan que los demás lo están más...camino de Sevilla me quedé dormido en una curva y me empotré dentro de una zanja del lateral de la carretera...la borrachera se me pasó de golpe, el cinturón me hizo un verdugón en el pecho que me duro meses, pero lo más grave es que me parti dos radios de la mano izquierda que impactó contra el salpicadero y mi amiga que estaba detrás, saltó por encima nuestro rompiendo el parabrisas delantero...llegó la guardia civil y yo estaba más sobrio que el día de mi primera comunión, pero el novio seguía con una borrachera monumental y no paraba de tocar los uniformes de los agentes diciéndole lo bonitos que se veían con ellos...yo quería reírme pero si lo hago nos dejan encerrados a los dos...me dolía mucho la mano y me llevaron en el furgón hasta el hospital, allí me introdujeron una barra de platino para fijar el metacarpo y la primera falange...
Lo intentaron hacer solo con anestesia local, pero yo he sido muy miedoso para eso de pasar dolor y después de varias inyecciones locales, me tuvieron que anestesiar entero, yo veia a traves del monitor como entraba dentro de la mano. Por la mañana al despertar de la anestesia y quitarme todos los sensores que tenía por el pecho, me vestí y fui al mostrador de las enfermeras, me miraron como si vieran a un fantasma...¿que hace usted levantadoooo?, ...le dije que estaba bien y tenía que firmar un contrato en mi oficina, llamaron al médico de guardia que después de hacerme un chequeo rápido me dio el alta, me tomé un calmante para el dolor que me dieron y cuando llegué a la oficina estaba como nuevo, aunque lo más doloroso fue cuando me quitaron el clavo y comencé con la rehabilitación en Madrid que es donde me cogió en ese momento...pero no fue mi accidente más grave...
Cuando salí de la oficina esa tarde, al llegar a casa estaba Pedro en la puerta...le pregunte, ¿Qué haces aqui?...es que no me abre mi llave y te estaba esperando...¿Recuerdas que te dije?, si vuelves a consumir, no te quería en mi casa y ayer te vi saliendo con una bolsa y al mirar en los cajones de los cubiertos, faltaban piezas, ¿Qué paso?...se me quedó mirando con los ojos como platos y un comienzo de negar la evidencia, lo corté en seco y le pedí que no me lo hiciera más difícil, por nuestra amistad Pedro, vete de aquí y mañana te vas a ver a la trabajadora social de Cáritas, le dices que vas de mi parte y que necesitas de nuevo ayuda, yo seguiré pendiente de ti y te ayudaré, pero solo cuando vea que tu te tomas este asunto en serio...
Sus lágrimas de cocodrilo de nuevo empezaban a hacer su aparición, yo abrí la puerta y la cerré de golpe...no quería permitir por muy amigo que fuera, que destrozara mi vida...mañana llamaría...
Capítulo 11.-
¿Sueño o realidad?
He hecho referencia en este libro al detalle de no saber algunas veces si mis recuerdos son provocados por la reiteración de mi madre a contarme las cosas de pequeño, pues dudo mucho que después de sesenta años esos recuerdos sean de mi mente, pero hay un detalle que me hace pensar que son mis propios recuerdos, pues hay cosas que jamás le conté a mi madre para no hacerla sufrir y aún así, las recuerdo como si fuese hoy cuando ha pasado...
No se con que me puse enfermo a los cinco años, una enfermedad infantil que casi todos los niños de la casa cuna pasamos y que me tuvo en cama una buena temporada. Nos aislaban en una habitación con unas ventanas casi a la altura del techo, un simple rectángulo arriba que me pasaba mirando horas enteras quizás con el deseo de salir volando por ella y salir de esa agobiante habitación.
Las mañanas se me pasaban rápidas entre las visitas del médico y las monjas, pero después de comer eran aterradoramente largas y tristes hasta la hora de la cena. Se que tenia mucha fiebre porque estaba ardiendo, sentí como mi sabana flotaba en el aire y yo con ella y al caer de nuevo sobre la cama, vi a mi madre a los pies conmigo embrazo y con un mechero me quemaba la cara...por supuesto eso nunca pasó, era producto de la fiebre tan alta que tenía...jamás se lo conté a ella,
¿Porque nunca se me olvidó?...
De joven he leído algunos libros tan extraños como, El tercer ojo, La túnica azafrán o Una luz en la oscuridad de Lobsang Rampa, intentaba encontrar una explicación a mis sueños y también ejercitarme en la relajación, uno de los ejercicios consistía en estar tumbado sobre la cama y vaciar la mente por completo a la vez que te concentraba desde los pies hasta la espalda para bloquear los nervios que transmite la sensación del tacto de la piel, al cabo de muchos días intentándolo, empecé a sentir como si flotara de verdad sobre la cama y una sensación de libertad pasmosa...es muy parecido a los sueños que tenemos en los que volamos, pero esto de forma consciente...
Pero no me dió ninguna explicación de porque veía a mi madre frente a mí tomándome en brazo y quemándome la cara...Tuve durante muchos años pesadillas con eso...
Otra de las cosas que mi madre nunca contaba, era aquella vez que cerró una cancela de hierro a mi paso, con tan mala fortuna que yo estaba agarrando el marco y me aplastó el dedo gordo de la mano izquierda, me dejó una buena cicatriz y perdí la uña que nunca se recuperó del todo, a lo largo de mi vida jamás hemos mencionado eso y me pregunto, ¿como lo recuerdo con tanto detalle incluso la cancela en la que me hice esa lesión, que he visitado de mayor cuando voy allí...
En otro capítulo he hecho referencia a esas cicatrices que tengo sobre todo en la cabeza, pequeños recuerdos de los golpes que me gané por mis travesuras, pero tengo una buena cicatriz en la rodilla derecha que me la hice solo en el jardín corriendo a gatas detrás de un gato, un trozo de vidrio se me incrusto haciéndome una verdadera carnicería, pero no seria la ultima vez que lo haría...
Cuando me siento melancólico me da por recordar cosas de mi infancia, aunque no sean del todo agradable si me hacen sentir que siempre he estado muy vivo y quiero seguir estándolo si los acontecimientos no pueden conmigo...
En ese punto de mis pensamientos suena el teléfono...una voz femenina que no conozco pregunta, ¿Es usted Ángel Reyes?, le contesto que si, usted quién es ¿la conozco?...No me conoce, estoy trabajando en la carretera de prostituta y junto a mi he encontrado en la cuneta a un señor que tenía en el bolsillo una tarjeta suya, no lo veo bien, pero yo no puedo llamar a la policía porque me conocen de trabajar aquí y no quiero que me encierren o me pongan una multa, si es amigo suyo procure recogerlo o llamar a una ambulancia. Ok señorita muchas gracias, quédese junto a el hasta que yo llegue, le pagaré por lo que deje de ganar en este tiempo...
Al coger las llaves de mi coche la tiré con rabia contra el sillón, ¡maldito cabrón¡, que te jodan, ya te lo advertí y mira como has terminado de nuevo...sentí una punzada en ese alma que parece tenemos y tomando de nuevo las llaves me puse la chaqueta y me fuí a la calle...sería una larga noche...
Capítulo 12.-
De nuevo la tragedia.-
Sudaba copiosamente cuando empecé a conducir camino de la carretera, todo me parecía muy irreal al estar a las once y media de la noche en esa situación por una persona que aunque amigo, era totalmente ajeno a mi vida actual, yo me movía en un ambiente distinto entre empresarios y banqueros, clientes de mi constructora y mis obligaciones con los pagos, ¿Que hacía yo metido ahora en ese monumental jaleo?, la explicación solo la tenía el cariño que desde niño nos teníamos y que desgraciadamente me iba a pasar una gran factura personal...
Me quedaba un buen rato de camino y quise relajarme recordando esos buenos momentos que se atesoraban en mi mente de cuando éramos pequeños, tardaba poco en dar con alguno, pues nuestras vidas estaban llenas de anécdotas que recordaba siempre con unas sonrisas por lo gamberro que éramos. Concretamente, recordé una en la que mi preciosa virgen María compañera del portal de Belén, ya era casi una mujer con sus seis años, y otra niña que no recuerdo su nombre, cuando las monjas no miraban, la tomamos de las manos a las dos, urgiéndolas para que se vinieran con nosotros, era el mes de febrero de 1956 y yo a mis siete años era todo un D. Juan, estábamos ensayando la obra de Romeo y Julieta. Yo me cogí un buen berrinche y lloros cuando me pusieron a una niña que no me gustaba como Julieta...pero me gustaba mucho el teatro y siempre iba al ensayo, aunque por otra parte si no iba, me llovían los cosquis en la cabeza de la coscorronera de turno...
Me quedaba un buen rato de camino y quise relajarme recordando esos buenos momentos que se atesoraban en mi mente de cuando éramos pequeños, tardaba poco en dar con alguno, pues nuestras vidas estaban llenas de anécdotas que recordaba siempre con unas sonrisas por lo gamberro que éramos. Concretamente, recordé una en la que mi preciosa virgen María compañera del portal de Belén, ya era casi una mujer con sus seis años, y otra niña que no recuerdo su nombre, cuando las monjas no miraban, la tomamos de las manos a las dos, urgiéndolas para que se vinieran con nosotros, era el mes de febrero de 1956 y yo a mis siete años era todo un D. Juan, estábamos ensayando la obra de Romeo y Julieta. Yo me cogí un buen berrinche y lloros cuando me pusieron a una niña que no me gustaba como Julieta...pero me gustaba mucho el teatro y siempre iba al ensayo, aunque por otra parte si no iba, me llovían los cosquis en la cabeza de la coscorronera de turno...
Aunque pueda parecerlo, no tengo nada en contra de las monjas, tres tias mías lo son.
Sonreí recordando que una vez a solas en el jardín, ensayé mi papel con mi princesa mientras Pedro tomaba de la mano a su niña improvisando sobre la marcha, pues el papel no se lo sabía, yo solo me acordaba de esto...¡Ya se adelantó el día con veloz paso sobre las mojadas cumbres de los montes¡. Ahora tengo que besarte...en realidad el papel decía, ¡Tengo que marcharme¡... y al ponerle las manos sobre los hombros para besarla, nooo, que somos unos niños,no me puedes besaaaar, mientras se ponía los puños en los ojos como si llorara, solo cuando retiró sus manos vi que estaba llorando de verdad...una coscorronera que andaba cerca la oyó llorar y vino como si esas alas le diera poderes mágicos para volar y llevara escondido dentro de la toca una especie de resorte que le infieren un poder sobrehumano para descargar con tanta fuerza sus nudillos contra nuestras cabezas...los que lloramos ahora éramos Pedro y yo con verdaderas ganas, aquello había dolido como si fueras piedras que nos hubiesen caído del cielo...pero mereció la pena tener tan cerca a mi Julieta con esa carita que era como contemplar el arcoiris después de la lluvia...
Me estaba acercando al punto que me había indicado esa señora y mi cara se transfiguró al sentir el peso de la realidad, quería llegar por ver cómo se encontraba, pero por otro lado prefería no saber nada...no podía dejarlo tirado allí en medio de una carretera secundaria tan triste como una vida absurda como la que Pedro a elegido vivir, aunque no creo que nadie elija ese modo de vida, pero si se la buscan por la irracionalidad de sus actos.
Pedro no respondía a mis constantes empujones sobre sus hombros para que despertara, comprendí que no estaba drogado por heroína, seguramente se había atiborrado de trankimazin, unas pastillas que con demasiada ligereza recetan a los drogadictos para dormir y que la utilizan para no sentir el mono y quedarse dormidos, pero en tal cantidad que a veces le produce un fallo cardíaco...
No podía hacer nada por el salvo llamar a urgencias para que le hicieran un lavado de estómago...
mi noche aún no había terminado...Le dí treinta euros a la prostituta para que se buscara la vida lejos de allí mientras llegaba la ambulancia, pues con ella llegaría la policía...y mi noche apenas empezaba.
Capítulo 13.-
En el abismo.-
Al llegar al hospital, le hicieron un lavado de estómago, lo entubaron y después de dos horas lo subieron a la última planta del hospital Virgen del Rocío donde está la unidad psiquiátrica, yo hable con el médico, pero no pude decirle nada, pues no sabía lo que se había tomado, aunque los paramédicos que lo recogieron en la cuneta encontraron a su lado un bote vacío de trankimazin y una botella vacía de vino. Era ya el segundo intento de suicidio y me advirtió que pasaría mucho tiempo antes de que se atreviera a darle el alta...
Yo nada podía hacer ya en el hospital y me fui a descansar a casa, sin darme cuenta, unas lágrimas de intenso dolor hicieron aparición en mis ojos y tuve que parar el coche porque no veía bien la calle...
Me costó mucho dormir, hice lo que mejor se hacer para compensar esos momentos en los que siento que caigo en un pozo sin luz y me pierdo en la negrura...recurrir a mis recuerdos...
Ya hice referencia a que mi madre estaba trabajando en la casa cuna en dos funciones, una la de ama de cría y otra de costurera y maestra de costura de las niñas.
A mi me encantaba por la tarde cuando terminaban las clases irme con ella, quizas me encantaba por que aprendiendo costura estaba esa niña que ocupaba todos mis pensamientos. Le pedía un trapito a mi madre, hilo, aguja y me convertía en una niña mas, dando puntadas que mi madre corregía si no estaban bien dada, pero el que no estuvieran bien dadas no era culpa mía, mis ojos estaban más tiempo en esos ojos negros de la princesa que tenía enfrente y como no podía ser menos, mis dedos estropeaban el trapito que mojaba continuamente de sangre por los pinchazos, mi madre me decía, deja de mirar a la niña que te vas a desangrar...
Pero cómo no mirarla, si desde los dos años había suspirado tanto por ella que el pecho lo tenía inflado como un palomo, como no mirar a esa cara tan graciosa sobre todo cuando iba a dar una puntada sobre su telita y sacaba esa lenguita rosada a través de sus preciosos labios...y cuando levantaba la mirada para mirarme a mi, desaparecían todos los que había en el costurero, menos mi madre, que tenia que estar pendiente de ella mirándola con otro ojo para que no me cogiera pendiente de mi amor y me quitara el trapito y los utensilios de costura para mandarme al patio...esa era mi verdadera tragedia, que me separaran de su lado, ya tenia yo siete años y ella seis, toda una vida para unos niños que se miraron con una sonrisa desde que se conocieron...
Me había conseguido olvidar de Pedro camino a mi casa con estos pensamientos, mis ojos se habían secado y una profunda paz me invadía, besé la única foto que tenia de mi adorada niña que un día me dio mi madre cuando ya tenia que abandonar el internado a los nueve años para irme con mi familia de Linares a casa de mi abuela Ana y mis titos Antonio y Ana, recordé lo que lloramos el día que nos separamos y en ese momento no supe que jamás volvería a verla. Nunca sentí dolor con esos recuerdos, solo un agradecimiento infinito de haber podido vivir una historia tan hermosa y peligrosa a la vez, de haber tenido que esquivar tantos coscorrones sobre mi cabeza...durante muchos años incluso en el ejercito, cada vez que alguien levantaba el brazo cerca de mi agachaba la cabeza...
Subiendo a mi casa, me prometí que dormiría bien y no dejaría que los tristes acontecimientos de Pedro me causaran insomnio, pero eso es mas fácil decirlo que hacerlo, la luz del amanecer se filtraba ya por las cortinas cuando me quedé dormido...
Me había conseguido olvidar de Pedro camino a mi casa con estos pensamientos, mis ojos se habían secado y una profunda paz me invadía, besé la única foto que tenia de mi adorada niña que un día me dio mi madre cuando ya tenia que abandonar el internado a los nueve años para irme con mi familia de Linares a casa de mi abuela Ana y mis titos Antonio y Ana, recordé lo que lloramos el día que nos separamos y en ese momento no supe que jamás volvería a verla. Nunca sentí dolor con esos recuerdos, solo un agradecimiento infinito de haber podido vivir una historia tan hermosa y peligrosa a la vez, de haber tenido que esquivar tantos coscorrones sobre mi cabeza...durante muchos años incluso en el ejercito, cada vez que alguien levantaba el brazo cerca de mi agachaba la cabeza...
Subiendo a mi casa, me prometí que dormiría bien y no dejaría que los tristes acontecimientos de Pedro me causaran insomnio, pero eso es mas fácil decirlo que hacerlo, la luz del amanecer se filtraba ya por las cortinas cuando me quedé dormido...
Capitulo 14.-
Luchando por su vida.-
Pasó quince días sin que me permitieran ver a Pedro, por fin pude hacerle una breve visita y parecía un viejo, las manos le temblaban y sus piernas difícilmente le respondían, más que hablar balbuceaba motivado según el celador por la mucha medicación que recibía, su doctor declinó amablemente recibirme argumentando que Pedro necesitaba aislamiento y que no tendría otro permiso de visita, hasta no pasado otros quince días en el que esperaba estuviera más recuperado, quería ir bajando la medicación progresivamente para ver como respondía, hasta entonces tenia restringida todas las visitas, solo me permitió verlo a mi sabiendo la unión que había entre nosotros.
Para mis adentros me dije, Te has salvado de nuevo Pedro, ¿cuando conseguirás tus propósitos?, yo tenia claro que de seguir así de enganchado lo volvería a intentar, por que conozco su forma de pensar, se odia a si mismo por haber caído tan estúpidamente en ese abismo tan difícil de salir y en esta ocasión seria mucho más difícil para el después de un nuevo fracaso.
Se que hasta que Pedro no consiga entender las palabras que en cierta ocasión le dije, no saldrá victorioso de esta ardua empresa que tiene que tomarse muy en serio. Le dije que lo primero era tener el objetivo claro, en esto no se puede decir, ¡lo voy a intentar¡ si se dice eso ya ha fracasado, tiene que pensar en un largo camino a recorrer y que puede hacerlo sin prisas, paso a paso con el objetivo puesto siempre en esa meta que se ha planteado...
En una ocasión le dije, Pedro, solo tienes que recordar aquellos momentos en los que no necesitaba de las drogas para moverte, intenta sentir esos tiempos donde tenias tu vida llena de logros sin la miseria a la que te somete y sobre todo hazte una reflexión, si has pasado treinta años sin consumir drogas, que te va a impedir ahora recuperar esos momentos y de nuevo poder vivir una vida plena.
Entiendo lo que me dices Ángel, pero es tan difícil...claro que es difícil, solo tienes que plantearlo como un largo viaje, puede que te parezca lejano si quieres ir andando desde Sevilla a Roma, pero si sabes y tienes claro que tu objetivo es llegar, nada ni nadie te impone el tiempo que tardes, un día haces tres km, otro cinco y sin correr puede que no te des cuenta que en un año has llegado a tu destino sin cansarte y sin traumas...el salir de la droga es una carrera de fondo que tienes que tener el convencimiento que vas a ganar por que te va la vida en ello...
Ahora recordando esto he pensado que aunque me dijo que lo entendía, parece que no fue del todo así, aunque su verdadero problema es el de no haber pedido ayuda aún en un centro de los que hay de ayudas a toxicómanos, cuando salga del hospital lo convenceré pues será la única forma en la que podría conseguirlo al tener una atención continua de psicólogos, médicos y lo más importante, la metadona que pueden rebajarte progresivamente para que llegado un momento no la necesites...
Procuraré que asista al centro de desintoxicación donde puede pasar la mañana ocupado en alguna formación que aunque el no la necesite, es una buena forma de estar alejado de las calles y sentir que está haciendo algo por su vida. En esos centros puedes desayunar, comer y tomarte tu medicación antes de irte...no se si soy demasiado optimista, pero ahora pienso en Pedro después de haberse puesto en la recta hacia la recuperación y yo con el en un teatro viendo, ¡La Estupidez¡, una obra del autor argentino Rafael Spregelburd que versa sobre la fragilidad de la inteligencia en los tiempos que corren. Aunque se me hace, que esa estupidez es tan antigua como el hombre...
Capitulo 15.-
El pequeño monstruo.-
La primera vez que me llamaron `pequeño monstruo fue en la escuela Virgen de los Reyes, un internado de la Diputación de Sevilla, eran edificios que formaban parte del manicomio de miraflores, muy completo en sus instalaciones con campo de fútbol, piscina, voleibol, cancha de baloncesto, balón mano, como podía quejarme...bueno eso ocurrió una vez en la que viví la primera huelga de mi vida, cuando todos a una (200 niños), nos levantamos del comedor y vaciamos nuestros platos enteros por una comida que era incomestible, garbanzos con una especie de pitracos, (trozos de despojos), nadando entre unos trompitos (garbanzos) duros como el acero... de mayor he pensado que era natural que no tuvieran para darnos de comer en condiciones si todo se lo habían gastado en el culto divino, con ese retablo de la capilla que era una obra maestra.
Pero el que no es feliz de niño, es que tiene algún problema y mi paso por ese otro internado de mayores en el que ingrese con doce años, fue una verdadera aventura que recuerdo con mucho cariño.
Mi profesor de física, el señor Valpuesta, era un hombre bonachón y francamente agradable, pero le cogí manía por que quería que estudiara y yo prefería dedicar el tiempo a jugar a balón cesto, decidí no estudiar su asignatura y me suspendía sin examinarme cada mes. Estuvo enfermo unos meses y cuando regreso, el profesor sustituto me había puesto ya tres notables. Por algún motivo, quise estudiar con el otro profesor con la intención de fastidiar a Valpuesta y demostrarle que sabia estudiar. El primer día de su clase después de su regreso, tomó mis notas y me dice...Pequeño monstruo, como es posible estas notas si es usted un verdadero becerro...
Me hizo repetir un examen para entender porque y le demostré que había estudiado en su ausencia, pero aún así, ya no dejó de decirme, pequeño monstruo...
Desde los nueve años que dejé la casa cuna, los pasé hasta mis doce con mi abuela en Linares como ya hice referencia, fueron unos años increíbles, en el patio de la casa había tres pilas grandes de lavar donde nos metíamos los primos a bañarnos, para apaciguar ese calor tórrido del verano andaluz.
El patio parecía una cooperativa familiar de carpintería, al fondo del patio se encontraban alineadas varias habitaciones convertidas en taller de carpintería, donde mi extensa plantilla de tíos se dedicaban al noble arte de hacer puertas y muebles para barnizarlas y a mi me daban la oportunidad de sacarme unos céntimos tirando de la sierra de mano o llevando cosas terminadas en un carrillo de mano a algún cliente que mostraban su gratitud con mis primeras monedas ganadas con el sudor de mi frente, yo me sentía un hombre de provecho con nueve años...
Lo mejor estaba por llegar cuando inmediatamente me hice de muchos amigos a través del colegio de Doña Carmen donde me inscribió mi tía Anita, intentando quitarme de la calle para que no rompiera en mis correrías cada semana un par de sandalias.
Enseguida me dí cuenta, que lo de estar en la carpintería era una mina...escribiendo este libro a veces he pensado que no soy precisamente el Cid Campeador y que mi historia no le iba a interesar a nadie,
pero es así como me sentía en esa época. La carpintería me proporcionó los escudos echos con los fondos redondos de contrachapado de las sillas que mis tíos arreglaban y los restos de palos las espada con las que armar a mis caballeros en esas luchas que provocamos en plena calle contra otros barrios... en tres ocasiones vino a mi casa la pareja de la guardia civil de Linares por culpa de algunas quejas, yo después de una batalla, me retiraba discretamente a casa de un amigo hasta la noche en la que la benemérita me dejaba de buscar y el asunto se olvidaba...cuando llegaba en la noche, mi tía Anita se me quedaba mirando y moviendo la cabeza...hay sevillano, ¿que voy a hacer contigo?, pues tita, dame chorizo frito que traigo mucha hambre, me freía dos o tres chorizos grande en mucho aceite que me comía con mucho pan y dormía como un jabato amamantado...
Pero una de las cosas más alucinante fue el conocer allí a muchas de mis primas, todas me parecían preciosas y me encantaba estar con ellas, pero mi corazón empezó a latir mas deprisa el día que vi pasar delante de mi casa a una hermosura de ocho años que después supe se llamaba Isabel, hermana de uno de los capitanes de mi ejercito y a partir de ese momento de mi Dulcinea del Toboso...
Ahora escribiendo estos recuerdos me digo, que pronto se me pasó los sofocos de la despedida de mi anterior Julieta... pero así he sido toda mi vida, un burlador de Sevilla...empedernido enamorado...
Corre una anécdota entre mi familia de Linares que no falta en cualquier reunión, hace ya más de cincuenta años, pero en una conversación telefónica con mi primo Juan Jose, que lo llamábamos Juancucú, solo hace unos días que me pregunto si ya había salido de los sólidos, líquidos y gaseosas...
en referencia a que me pasé todo un trimestre repitiendo por la casa los estados de la materia, sólidos, líquidos y gaseosos y no conseguía metermelo en la mollera...
Que tiempo mas felices, a veces pienso que me hubiera gustado no hacerme adulto y tener ahora que pasar por la tristeza que se apodera de mi alma cuando pienso en Pedro y sus circunstancias, pero en la vida hay que saber coger las rosas sin pincharte con sus espinas...
Capitulo 16.-
Un nuevo comienzo.-
Me han llamado del psiquiátrico del hospital Garcia Morato para autorizarme una visita a Pedro, me alegré al verlo por el cambio tan drástico que había sufrido, estaba mas gordo y se le veía radiante por verme y un atisbo de esperanza se instalaba de nuevo en mi alma, ese alma de la que me hizo desligarme el comportamiento de los religiosos y sus religiones, pero de la que no quería renegar por miedo a un castigo divino...aunque de todas formas, ya estamos bastante castigados con las miserias que tenemos que contemplar en este mundo de fieras donde la mas sanguinaria es nuestra especie...
Volví a la oficina contento y esperanzado por el, pero sin echar las campanas al vuelo, ganar la guerra contra las drogas requiere antes haber perdido muchas batallas y solo la gana quien sabe eso y no se rinde jamás. dentro de mi me dije, ojala seas tu uno querido amigo...
Tenia que terminar un presupuesto en la oficina de un edificio en Burgillos que me resultaba interesante y que me recordaba a los zigurat del antiguo Egipto, por su formación escalonada, aunque yo le llamaba el titanic por su forma de barco...
Mis pensamientos no dejaban de girar en torno a Pedro y su situación, aunque le dijera que si caía de nuevo no contara conmigo, en la practica no podía moralmente hacer eso, solo en las situaciones difíciles es cuando hay que poner toda la carne en el asador para ayudar a un amigo por mucho que nos cueste y se que esta andadura será complicada, pero si le estoy pidiendo a el que no se rinda, solo con mi ejemplo puedo hacerle comprender que su lucha es mi lucha...
Pero el presupuesto no lo terminé, mi mente permanecía anclada en los recuerdos, esos que me alegran el alma y me alejan de las miserias de la vida, aunque últimamente esas miserias se limitaran al gran problema de mi amigo Pedro...
Recordaba que cuando volví de Linares, el estaba en la Escuela de formación profesional Virgen de los Reyes, para mi fue una gran sorpresa y mayor alegría, no lo veía desde los nueve años que salé de la casa cuna y teníamos ya once años...no se si fue algo bueno o malo, pero eramos la pareja zipi y zape, esa de los cómic que estaban siempre haciendo travesuras. Nos escapábamos continuamente del colegio, unas veces para buscar pajaritos en los nidos de las azoteas que hacían en los desagües.
Otras veces nos íbamos a una vaquería propiedad de la diputación regentada por el mismo director del manicomio que tenia una hija que me quitaba el sentido, mientras me alejaba con ella a través de los naranjos, Pedro hacia de vigía por si se acercaba el padre, pero mal vigía tenia que ser, porque más de una vez, me sentía cogido por la oreja, mientras Laurita andaba de puntillas por la fuerza con que el padre la levantaba de otra oreja mientras decía, papi papi, me dueleeee...
En una ocasión, el padre cuando me vio llegar por el sendero, soltó del establo una vaquilla, me quité el chaleco y a modo de muletilla me dispuse a torearla, no era más grande que un san bernardo, pero como venia tan rápida, antes de llegar a mi altura salí corriendo hasta que me arrinconó contra el muro de una alberca de agua para los animales, y en lugar de torear, me di un buen chapuzón hasta que se fue...mis días de torero habían terminado definitivamente antes de comenzar...
En la oficina no había podido terminar el presupuesto perdido como estaba en mis recuerdos y después de cenar me puse manos a la obra, me quedé dormido en la mesa de trabajo, me despertó el sonido del teléfono, era las dos de la madrugada, me sobresaltó y más cuando me dicen que es del hospital, sin muchos rodeos me dicen que Pedro ha muerto...
Me estoy vistiendo con lagrimas en mis ojos y la puerta de mi cuarto se abre, entre las luces que hay detrás suya procedente del salón, su figura se recorta, la luz de mi lampara de trabajo se refleja en unos ojos muertos dentro de unas cuencas hundidas y una piel pegada a los huesos de su cara, me deja aterrado, tu, tu, tu...me acaban de llamar diciendo que estas muerto, oigo mis propias palabras mientras despierto de esa pesadilla que se apoderó de mi sueño...respiré tranquilo al saber que no había pasado nada, Pedro estaría bien...
Capitulo 17.-
Soledad asfixiante.-
En una de las visitas que me hacia mi madre al internado Virgen de los Reyes, conoció mi madre a uno de mis profesores que contrató para que me diera clases particulares para adelantar mis estudios.
Aprendí con el a escribir a maquina y el habito de leer a los clásicos para que tuviera una cultura mas amplia mientras, las clases oficiales me formaban en lo que yo había elegido, delineante proyectista, aunque hasta que no terminé el segundo curso no empecé con las practicas.
El primer año fue muy difícil y triste para mí, había estado dos años viviendo con mi familia y me costó mucho sentirme encerrado de nuevo y estaba mis sentimientos impregnado por el recuerdo de Isabel, esa preciosidad que dejé atrás en Linares. En lugar de estar atendiendo en las clase, me dedicaba a dibujarla en folios al carboncillo y descubrí, lo bien que se me daba el dibujo y lo mal que me iba en las notas, no prestaba nunca atención a las clases...
Un domingo, tuve la sorpresa de la visita de mi madre acompañada por ese profesor que me daba clases, me dijeron que tenían que hablar conmigo y me explicaron que tenían pensamiento de casarse para que yo tuviera un hogar donde ir cuando saliera del internado, me pilló tan de sorpresa que no supe como reaccionar o sentir, solo dije que si ellos lo querían que por mi estaba bien...
Esa noche que yo recuerde fue la que mas he llorado en toda mi vida y aún hoy no consigo entender muy bien porque, pero voy a intentar transmitirlo de alguna forma.
Desde que nací estuve en un internado excepto los dos años de Linares, en ningún momento yo había sentido soledad con tantos niños siempre cerca de mí, para mi eran etapas muy felices pero esa noche cuando mi madre se fue, el internado se convirtió de pronto en una tumba donde sentía una soledad asfixiante, pensaba en Linares y la libertad de vivir con una familia y de pronto viví la realidad de donde estaba, un duro horario desde las seis de la mañana, algunos celadores que parecían haber estado cuidando a presos de campos de concentración y castigos por cualquier cosas, aunque yo siempre fui un candidato ideal por lo travieso que era...
Yo no entendía muy bien por que me sentía así, no había cambiado nada de un día para otro, mi llanto era convulsivo, no podía controlarlo y sentía así una impotencia enorme cuando no encontraba los motivos suficientes para esos sentimientos...
Mientras escribía estos recuerdos, sonó el teléfono, el psiquiatra de Pedro me decía que el pronto estaría bien y quería saber si podía contar conmigo para que se quedara en mi casa, si con usted no puede estar, yo no le voy a dar de alta hasta que Cáritas no disponga de una cama libre en su casa de acogida...yo no tuve que pensarlo mucho y le dije rotundamente que no, no me sentía con fuerzas ni ganas para enfrentarme de nuevo a una inquietud constante...avíseme cuando vaya a salir para ir a verlo que de todas formas quiero hablar con el...después de colgar me sentí mal, pero peor me iba a sentir si lo meto en mi casa, se engancha de nuevo y me hace la vida imposible...
En una de las visitas que me hacia mi madre al internado Virgen de los Reyes, conoció mi madre a uno de mis profesores que contrató para que me diera clases particulares para adelantar mis estudios.
Aprendí con el a escribir a maquina y el habito de leer a los clásicos para que tuviera una cultura mas amplia mientras, las clases oficiales me formaban en lo que yo había elegido, delineante proyectista, aunque hasta que no terminé el segundo curso no empecé con las practicas.
El primer año fue muy difícil y triste para mí, había estado dos años viviendo con mi familia y me costó mucho sentirme encerrado de nuevo y estaba mis sentimientos impregnado por el recuerdo de Isabel, esa preciosidad que dejé atrás en Linares. En lugar de estar atendiendo en las clase, me dedicaba a dibujarla en folios al carboncillo y descubrí, lo bien que se me daba el dibujo y lo mal que me iba en las notas, no prestaba nunca atención a las clases...
Un domingo, tuve la sorpresa de la visita de mi madre acompañada por ese profesor que me daba clases, me dijeron que tenían que hablar conmigo y me explicaron que tenían pensamiento de casarse para que yo tuviera un hogar donde ir cuando saliera del internado, me pilló tan de sorpresa que no supe como reaccionar o sentir, solo dije que si ellos lo querían que por mi estaba bien...
Esa noche que yo recuerde fue la que mas he llorado en toda mi vida y aún hoy no consigo entender muy bien porque, pero voy a intentar transmitirlo de alguna forma.
Desde que nací estuve en un internado excepto los dos años de Linares, en ningún momento yo había sentido soledad con tantos niños siempre cerca de mí, para mi eran etapas muy felices pero esa noche cuando mi madre se fue, el internado se convirtió de pronto en una tumba donde sentía una soledad asfixiante, pensaba en Linares y la libertad de vivir con una familia y de pronto viví la realidad de donde estaba, un duro horario desde las seis de la mañana, algunos celadores que parecían haber estado cuidando a presos de campos de concentración y castigos por cualquier cosas, aunque yo siempre fui un candidato ideal por lo travieso que era...
Yo no entendía muy bien por que me sentía así, no había cambiado nada de un día para otro, mi llanto era convulsivo, no podía controlarlo y sentía así una impotencia enorme cuando no encontraba los motivos suficientes para esos sentimientos...
Este es el cuadro de profesores, el numero 9 es D. Francisco Reyes, cuando se casó con mi madre me dio sus apellidos, aunque yo seguí en el internado después que se casara hasta terminar la oficiala de delineante, a el le tengo que agradecer el tener una familia y una casa al salir del internado...Pronto se me pasó la tristeza pues ese año trasladaron del Hospicio de San Luis a mi amigo Pedro que hacia 3 años no lo veía y la primera gamberrada que hicimos es reunir a unos amigos del internado que estaban hasta las narices de un celador que nos pegaba continuamente por cualquier cosa, era un paracaidista retirado con mas mala leche que una cabra comiendo higos chumbos...
Le hicimos la espera en un lugar cerca de la piscina por donde el tenia que pasar, eramos siete niños de doce y trece años, al pasar grité, ahora y todos a una nos lanzamos sobre su cuerpo y sus piernas derribandolo al suelo...le destrozamos la camisa, los pantalones y le llenamos la cabeza de chichones producidos por los capones que le dábamos con los nudillos, que es lo que nos hacia el, sin soltarlo, le hicimos jurar que no se lo diría a nadie o cada vez que lo viéramos solo le pasaría lo mismo,
Jamás volvió a molestarnos a ninguno de los que participamos en nuestro primer asalto...
Solo había una cancela de separación entre nuestra escuela y el manicomio, es esta que se ve aquí...
Alrededor de ese patio están todas las celdas y los dormitorios y dentro había una hermosa iglesia donde íbamos todos, los locos y nosotros, pero cuando estábamos juntos no se notaba la diferencia.
En esa época hubo una inundación enorme en Sevilla y todas las carreteras estaban cortadas, para unos niños algo estupendo por que no teníamos clases, pero nos tuvieron que suministrar comida en barcas y helicópteros, era alucinante y no queríamos que el agua se fuera, pero a la tercera mañana se había roto un muro de contención en Sevilla y toda el agua se fue con ellos, nuestro internado estaba más alto y a dos kilómetros, nos jodimos de nuevo con las clases, pero todo no iba a ser bueno...
Cuando las aguas desaparecieron de los naranjos de enfrente del campo de deporte, miles de topos acampaban y corrían delante nuestro, nos echábamos una competencia para ver quien ganaba metiendo más topo de un puntapié en el aro de baloncesto...¿se puede ser mas cafre?...
Ahora escribiendo esta novela y viendo las fotografías, me doy cuenta que tengo más años que la momia de Ramsés II, pero aún estoy en la flor de mi vida, porque no puedo ser la flor de la tuya,..
Capítulo 18
Un hombre afortunado.-
Quien podía pensar, que habiendo pasado toda mi infancia y parte de mi juventud en internados, me considere un hombre afortunado, pero así es. He dado por bueno los castigos que yo se me buscaba, a cambio he recibido una de las mejores educaciones que un hombre pueda desear. Me inculcaron desde pequeño el respeto a los demás, alentaron mi sed insaciable de lectura y mi madre hizo que me enamorara de la poesía desde pequeño.
Mi profesor se casó con mi madre y me dio sus apellidos, ademas llegue a ser un gran velocista el día que pusieron la televisión en el colegio... cuando terminábamos de comer, como en estampida salíamos corriendo por un largo pasillo para sentarnos los primeros frente a la tv, me dejaba alucinado ese caballo Ted que hablaba y yo me creía que era verdad, con esa edad te lo crees todo...
Lo mismo que me creía que los reyes católicos eran católicos de verdad, hasta que de mayor leí la verdadera historia de esos reyes, la reconquista, las cruzadas y sobre todo ese genocidio que provocamos en américa del sur con nuestra conquista. He entendido leyendo la historia, que esos héroes españoles que acompañaban a Colón, Pizarro o Hernan Cortes, estaban compuesto por la peor ralea salida de las cárceles...pero nosotros en el campamento los honramos y veneramos.
En esta foto del campamento junto a mi padre, esta justo al lado mi tienda de campaña que era para seis y se llamaba la escuadra Cortes...pero con esa edad y solo leyendo los libros oficiales, no podía saber la realidad de lo que fue esa invasión, para mi no tiene otro nombre...
Es por eso que yo era inmensamente feliz, lo mismo que lo puede ser un burro con los ojos tapado y comida colgada sobre su cuello para que no le falta...pero no me puedo quejar, ¿quien me quita ya la felicidad que he sentido siempre en esos sitios?...
Estaba escribiendo este capitulo mientras pensaba en Pedro, estoy pendiente de esa llamada que me comunique que va a salir del hospital y me siento impaciente. La llamada se produce a las doce de la mañana, primero de la trabajadora de Caritas para decirme que ya había plaza para el en la casa de acogida, después del hospital para decirme que ya podía ir a por el...mi sentimientos estaban enfrentados entre la alegría por el y mi miedo también en que solo fuera otro fracaso más, cada tropiezo en su recuperación supone una gran dificultad para el de recuperarse...
A el le encantó el centro que tenia un gran jardín, cuartos individuales y talleres, le dije, si aquí no te curas, ya no te vas a curar nunca...
Podía estar en la casa de acogida solo un año, hasta que el programa con metadona acabara en solo un placebo sin que el se diera cuenta hasta que se lo dijeran, según el psicólogo del centro con el que hable, no era suficiente con dejar la metadona, tenia que curarse del todo mentalmente y eso es lo mas difícil para los pacientes...
Realmente lo vi animado y feliz y yo me despedí de el con un abrazo y un mar de dudas en mi alma por el desarrollo de los acontecimientos futuros, me tranquilicé a mi mismo diciéndome que no no fuera ave de mal agüero y pusiera un poco de fe en su recuperación. Mi mayor miedo era saber que si no lo conseguía, seguiría intentando suicidarse, porque su sentido de culpa lo agobiaba hasta el punto de no querer vivir en esa situación...
Me di ánimos por el camino de vuelta a mi oficina como siempre lo hago, accediendo a esos recuerdos de nuestras vivencias juntos en la escuela. Me viene al recuerdo de una en Virgen de los Reyes donde estaba el manicomio, estábamos en la portería de fútbol chutandonos con un balón, una voz fuerte desde detrás nos decía, cogerlo, cogerloooo, por el campo de fútbol venia un loco corriendo con las correas a medio poner, dos celadores corrían detrás de el, me puse con los brazos en cruz para pararlo, pero cuando iba llegando aquel tanque loco corriendo, di media vuelta y corrí tanto que perdí de vista a Pedro que corría en otro sentido, si hubiera querido ser celador, desde luego me pasaría como con la vaquilla, que mi profesión la terminaría antes de empezar...
Me sirve este secreto mio que tengo de poder acceder a recuerdos que me hacen sonreír, me hace sentir que la vida no es tan dramática como parece, siempre que a los que quieres, no se hagan dueños de tus sentimientos y preocupaciones...
Capítulo 19
Traumatismo.-
Me he despertado con dolor en la pierna, está nublado y húmedo y cuando eso ocurre, mi destrozada pierna derecha me da la lata. Me ocurrió el domingo de ramos de la semana santa de 1969, solo hacia un mes que me había comprado una ducati 24 horas, el mismo modelo que ganó ese tipo de carrera de resistencia...en esos años se celebraran carreras dentro del parque, me encantaba participar...
Esta es una foto de una de las carreras donde me salí de la curva y me empotre contra las balas de paja de protección, no me pasó nada, el accidente al que me refiero fue en una calle de Sevilla al adelantar a un coche, la pierna derecha me la fracturé por varios sitios, entre ellos el tobillo que lo tenia destrozado y de milagro salve la pierna aunque se me gangrenó por negligencia medica, me la escayolaron con una herida abierta. Ese año tenia dos motos, las dos ducati, una la camellito y otra la 24 horas, el correr era una pasión para mi... la camellito se lo decia yo por esas especie de jorobas...
En ese grave accidente, un amigo que llevaba detrás se quedó sin piel en los glúteos del roce con el asfalto, salió de nazareno ese jueves santo según me contó cuando vino a verme al hospital y lloraba de dolor del roce con la túnica, pero hizo todo el recorrido...yo estuve ingresado en el hospital hasta que llegó la feria y solicité el alta voluntaria bajo mi responsabilidad, no me podía perder la feria aunque solo podía ir apoyándome entre dos amigos, pues no podía apoyar el pie en el suelo....
Esta es una foto de una de las carreras donde me salí de la curva y me empotre contra las balas de paja de protección, no me pasó nada, el accidente al que me refiero fue en una calle de Sevilla al adelantar a un coche, la pierna derecha me la fracturé por varios sitios, entre ellos el tobillo que lo tenia destrozado y de milagro salve la pierna aunque se me gangrenó por negligencia medica, me la escayolaron con una herida abierta. Ese año tenia dos motos, las dos ducati, una la camellito y otra la 24 horas, el correr era una pasión para mi... la camellito se lo decia yo por esas especie de jorobas...
Le dí un buen susto a mi madre cuando fue a verme al hospital y no me vio en la cama, pensó en lo peor y se puso a correr por el pasillo mirando en todas las habitaciones, hasta que una enfermera le dijo que me había ido voluntario..., en lugar de haberla llamado a ella para que no se preocupara, llamé al hermano de mi novia de aquel entonces, Asun...y los hermanos para irme a la feria...
Mi madre odiaba las motos y me contó un día porque, presencio un accidente de dos motos de frente y se destrozaron la cabeza mutuamente, eso le impacto mucho. Al comprar la moto yo no le dije nada, solo cuando ya la tenia fui a casa con ella y desde el balcón la vio cuando yo la llame, su cara era un poema, me dio mucha tristeza, pero en esa época era muy egoísta...
En una ocasión la vecina habló conmigo y me dijo que mi madre siempre se quedaba llorando cuando me iba en la moto. Aún con la pierna escayolada, me fui a Córdoba en la 24 hora como paquete a ver a la novia de mi cuñado Juan Manuel, a la vuelta nos picamos con un 600 preparado con motor de carrera que solo pudimos adelantar a ciento sesenta kilómetros por hora, redujo la velocidad después de pasarlo y justo en una curva enfrente del aeropuerto, nos reventó la rueda trasera y di mas vuelta que una cabra en un garaje...estaba sin ropa y despellejado pero no me rompí ni un hueso...
Tuve la suerte de que no había lesiones en la cara, me quedé a dormir ese día en casa de Juan Manuel
y al siguiente día, me puse ropa suya y fui a mi medico por que me dolía hasta el pensamiento, el medico lo que me dijo es, te voy a dar el alta antes de que te mates...a continuación llamó a mi madre y se lo contó...Nunca dejé las motos, incluso hace unos años antes de que ella muriera me compré una de gran cilindrada, esa nunca la conoció ella por que la dejaba aparcada lejos cuando iba a verla y jamas le dije que la tenia, ya le había echo sufrir demasiado...
Hoy he dedicado este capitulo exclusivamente a experiencias vividas por un motivo fundamental, muchas veces he pensado que la vida nos castiga de una forma u otra cuando por nuestro egoísmo, hacemos daño a los demás, yo he sufrido mucho después que mi madre muriera por que no me quitaba de la cabeza cuanto la hice sufrir a ella por no pararme a pensar, cuanta tristeza podía generar mi egoísmo que me hacia pensar solo en mi mismo, sin parar en las consecuencias...
Ya no esta conmigo, pero mi dolor sí. Eso me hace disculpar a mis hijos cuando por acción u omisión me hacen daño sin saberlo. Me digo para mis adentros que no tengo derecho al pataleo...
Estoy terminando este capitulo y me estoy riendo recordando cuando Rufo el profesor de gimnasia quería hacerme una foto en la barra fija, me pidió que me subiera a pulso y no conseguí ni moverme, el me decía, arriba, arriba, échale narices, yo parecía petrificado pero me dio una idea, a los catorce años aún no había crecido suficiente y a partir de entonces me la pasaba media hora diaria colgado de la barra esperando que así podía crecer mas rápido al estar colgado...solo conseguí unos buenos callos en las manos y muchas carcajadas de los compañeros y profesores que me veían...di un gran estirón a los diecisiete años, cuando salieron los zapatos de plataforma, tuve uno de doce centímetros y deje definitivamente la barra fija, ya me sentía bastante grande, no necesitaba crecer más...
Ademas, la mujer con la que me casé años mas tarde era altísima, estos zapatos eran ideales para cumplir con las apariencias de esa sociedad que nos hace pensar que el hombre tiene que ser más alto y por si acaso, solo me los quitaba una vez sentado en la cama, hasta el primer día que fui a la playa con ella y le pedí que me soltara la mano...por favor, se van a creer que soy tu hijo...aunque me reía diciendo que me podía pasear debajo de la cama vestido con el capirote de nazareno, el madurar me hizo sentir augusto conmigo mismo por que siempre e escuchado que soy una buena persona y ese es el mayor regalo que me hicieron en la vida desde el colegio hasta la fecha...
Si no os gusta mi vida y lo que cuento lo siento, por que voy a escribir mas, mucho mas...
Capítulo 20
Confesiones.-
En el año 1989, estaba haciendo un edificio en Mairena para la expo 92, como jefe de obras contratado por Dragados, en la misma fecha estaba haciendo con mi empresa Reycon S.L. cincuenta viviendas unifamiliares en Gelve, fue mi primer batacazo económico pues al terminar la estructura el promotor se quito de en medio y se marchó a Argentina dejándome con todas las deudas...
Después de comer nos fuimos a un precioso jardín que tienen y charlamos toda la tarde. Le quise preguntar el porque esos intentos de suicidio y me confesó que yo solo sabia de dos, el lo había intentado muchísimas veces de diferentes forma...Ángel, me dice, yo no quería vivir así, cada noche al acostarme le pedía al dios en el que dejé de creer que por favor me quedara dormido y no despertar mas. No podía dormir cuando no tenia para comprar droga y sabia lo malo que me iba a levantar, al despertar maldecía a dios por culparlo de seguir vivo, incluso sin creer en el lo culpaba por todo por desahogarme de alguna manera...
Enseguida pensaba en que forma podía desaparecer sin fallar...en una ocasión, me metí en el cuarto de baño, tapé con una toalla mojada el resquicio de la puerta y cerré la ventana...a continuación abrí la llave del gas de la bombona de butano y me tendí en el suelo.
Recuerdo que cuando estaba perdiendo el conocimiento me decía, por fin, ahora si...
No fue así, a las dos horas me desperté de ese estado y comprobé que si bien había mucho gas, la bombona se había terminado y eso produjo que no muriera intoxicado, me sentí traicionado y frustrado. Tuve una alucinación en ese estado de semiinconsciencia, donde me veía entrando en un túnel con una luz muy fuerte al final, una sombra se percibía al fondo que me llamaba a la vez que me decía, aún no, tienes que volver, solo vendrás cuando yo te llame...había oído en ocasiones sobre ese túnel que la gente ve antes de morir y buscando información sobre ese fenómeno, se producía por la falta de oxigeno en el cerebro cuando este está fallando..Me costó otras tres horas poderme poner de pie, inmediatamente llené la bañera de agua, me metí entero dentro y me puse una bolsa de plástico en la cabeza zambullendome, no podía soportarlo, me di cuenta de lo que tienen que pasar la gente que se ahoga y con desesperación rasgue la bolsa de plástico con la mano consiguiendo respirar, me desesperé aún mas pero no lo intenté de nuevo, me fui a la calle a buscar alguna chatarra para vender y quitarme el mono, pero la mente me seguía dando vuelta buscando nuevas ideas para terminar de una vez con todo...
A mi se me saltaban las lagrimas escuchándolo pues aunque fuera culpa suya lo que estaba pasando, me ponía en su piel y comprendía su desesperación y su dolor, pero le dije que no hay nada que justifique un suicidio, eso es solo para los débiles, tienes una vida que tienes que defender a toda costa y tienes que echarle cojones, la huida no es una opción para nadie...
Estabas pasando una depresión muy profunda y eso te lleva a buscar salidas, pero la única salida esta en ponerte en manos de profesionales que te ayuden, como en este centro en el que si pones de tu parte seguro saldaras victorioso de esta lucha...
En otra ocasión se metió en un centro evangélico en pleno campo lejos de Sevilla, el primer día lo pasó bien por que antes de entrar había consumido heroína, pero el segundo día se levanto fatal y pidió que lo llevaran a Sevilla, le dijeron que no, que tenia que aguantar unos días por su bien, por la tarde ya no aguantaba mas y cuando pidió llorando que lo llevaran se lo negaron de nuevo, al final le dieron un documento para firmar que aceptaba irse por propia voluntad, era invierno y al llegar le dieron un chaquetón para el frío, se lo quitaron y con solo una camisa lo pusieron en la puerta de la verja de entrada que estaba en un camino de montaña. hasta la carretera había varios kilómetros y tampoco lo quisieron llevar los malditos evangélicos... cuando llegó a la carretera a hacer autoestop, estaba a punto de desmayarse, un coche que pasó lo vio vomitando en plena carretera y lo recogió para llevarlo al hospital...
Allí se sintió mejor cuando le contó al doctor que le pasaba y le inyectaron con algo. Le dijeron que esperara a ponerse mejor sobre una camilla tendido, cuando se encontró mejor, hablo con una señora para pedirle dinero para un taxi, pues no se encontraba bien y no llevaba dinero, la señora le dio mil pesetas y andando se fue a las tres mil viviendas a comprar un paquetillo...cuando ya se sintió mejor, se fue al centro a aparcar coches para sacarse para otro...
En otra ocasión se compró un bote grande de trankimacin de 50 comprimidos, un potente relajador y somnífero, los machacó todos para que le hiciera efecto pronto y se acostó...despertó a los tres días sin saber donde estaba, no podía moverse, ni manos, ni piernas, nada parecía responder, permaneció mas de veinticuatro horas tendido boca arriba sin poderse levantar. Después de cuatro día desde que se tomó las pastillas, aún no tenia mono, se dijo que menos mal, por que no tenia fuerza ni para levantarse. Solo después de las 24 horas de despertarse, empezaron a responder las manos y las piernas y aún pasaron doce horas mal hasta que se pudo poner de pie...
Yo lo estaba escuchando alucinado, no podía ponerme en esa mente tan enferma que llegaba a hacer ese tipo de cosas, me llegó a decir cosas como que el no tenia ningún recuerdo feliz de su vida, no recordaba haber reído nunca y que se lo contó al psicólogo del centro, el le respondió que eso pasa con una depresión profunda que bloquea del cerebro que accede a los recuerdos positivos, que eso se iba a ir sacando poco a poco a la luz conforme mejorara en todos los sentidos...
Cuando me dijo que no recordaba nada alegre y que nunca había sonreído, empecé a reírme...¿por que te ríes?, por lo que veo no te acuerdas en el colegio del manicomio el día que salieron cuatro locas a trabajar en la huerta y yo te dije que si le pedías un beso a una de ella te daba mi postre...
te fuiste para una y le dijiste que te diera un beso, tendría como cincuenta años y tu solo dieciséis, te cogió en brazos y te dio tal beso que te metió hasta la lengua en la boca, empezaste a chillar hasta que te soltó mientras con la manga de la camisa te limpiabas la boca, a mi me costó el postre, pero lo perdí con mucho gusto por el tiempo que me estuve riendo y tu enjuagandote la boca...
Por primera vez lo oí en mucho tiempo riéndose con ganas y esas risas la atesoré dentro de mi como el mejor regalo que podía hacerme...fue un día en el que de nuevo tuve fe en el...
Capítulo 21
Obras y accidentes.-
Hoy me he levantado muy temprano, estaba haciendo una obra en la plaza de Europa al lado de la alameda de Hércules en Sevilla y quería estar pendiente del que hacia los bataches (pozos cuadrados que se hacen en una medianera), para los dados de cimentación, le dije que cortara tres metros cada tres metros para evitar que se viniera abajo el muro de medianera. Tenia que ir al colegio de Arquitectos y cuando volví, el muro de siete metros de altura estaba agrietado y desprendiendo arena por sus fisuras...los ferrallas que estaban montando la losa del batache, estaban a tres metros abajo metidos en el pozo, al acercarme a ellos me asusté de verdad y les grité que salieran inmediatamente, en menos de un minuto, todo el muro se desplomó tapando el agujero...si los coge dentro los mata...
Al de la excavadora lo despedí inmediatamente, le dije que solo hiciera huecos de tres metros y al medir lo que había excavado tenia siete metros el hueco...me costó una gran indemnización al propietario del solar de al lado, un taller metalúrgico, mas el desescombro, reparación de un muro que se había abierto en una casa de al lado de unas monjas que dedicaban el sitio a darle cobijo a gente sin techo y tuvimos que sujetar toda la pared en el sitio de la fractura con grande grapas de acero y relleno de hormigón. Para evitar que se desplomara también esa casa, contraté a una empresa madrileña para que me hiciera un arco de puente de acero desde una medianera hasta la otra...
Antes de empezar con la estructura después de terminar la losa de cimentación, la rampa de subida del garaje y poner las primeras espera de los pilares, ya estaba arruinado de nuevo...
Este vídeo lo monté con diferentes vídeos que hacia en obra con el movil...
Aún así, este libro no lo estoy escribiendo para relatar fracasos, quiero que sepan que con cada uno, aprendemos y nos deja la mente mas clarificada para enfrentar nuevos retos...
Hoy quería contarles algo muy agradable para mi como lo fue la mili. Nadie quería ir a la mili, pero yo sí, hasta ese momento mis recuerdos en los internados y en Linares fueron maravillosos y ¿por que no lo iba a ser también en la mili?, aunque nunca hubiera matado a un hombre, disparar me encantaba...conducir vehículos, disparar con ametralladoras antiaéreas, me fascinaba todo eso......Me pasé una mili fabulosa, al llegar me dijo un veterano que me apuntara a todos los servicios que pudiera y me apunté como oficinista. Me llamó el brigada de la oficina de garajes donde iba a estar yo solo para hacer los partes de entrada y salida de vehículos y asignarles uno cada día para las compras a los diferentes responsables de, vestuario, cocina, armamento y demás...
.
Solo podía autorizar a una salida al día para cada servicio, pero llegaban tenientes y capitanes pidiéndome como favor que le diera otro para ir a comprar con su mujer o algún asunto personal, eso me generó muchos favores con los que me gratificaban generosamente cuando iba a pedirle comida, ropa o cualquier cosa que necesitara y ademas estaba disculpado de todas las guardias, ¿quien no se apunta a una mili así?...mi paso por los internados fue mi mejor escuela...Hice la mili en Ceuta.
Hasta ahora parece que no hago más que decir lo bueno que fue todo y lo maravillosa que fueron mis experiencia estuviera donde estuviera, no miento, es como realmente lo recuerdo, incluso la época de mi primer trabajo como delineante en la empresa A:E:G, fué mi primer trabajo después de llegar de la mili y ya en el tercer mes, me compré mi primer coche, un mini..que me dio alas para viajar a París por primera vez con unos amigos y llevar a una amiga y a mi prima Mercedes al Repilado..Fueron realmente unos años muy felices, lejos de los problemas adquiridos por mi cariño hacia Pedro.
Hoy no tengo muchas ganas de escribir cosas tristes, el capitulo 20 que escribí ayer me dejó el alma cansada por que estaba sufriendo recordando todas esas barbaridades que me contaba mi amigo.
Pasé una mala noche y hoy me lo voy a tomar con tranquilidad, aunque antes escribiera lo de mi descalabro económico, no hay nada que me aplaste tanto como el grave problema de mi amigo.
Me voy a relajar este fin de semana en el campo, pero mi mente seguirá funcionando para recordar todas esas historias interesantes que me pasaron, con el sentimiento siempre puesto en ser de ayuda para todas esas personas que necesiten un punto de apoyo para salir de sus preocupaciones y esa grave enfermedad que es la droga, el alcohol o la ludopatía... Sean felices y mucho animo...
Capítulo 22.-
Mundo salvaje.-
En ocasiones me despierto con pesadillas relacionadas con las barbaridades que me ha contado Pedro, son tan reales que incluso dándome cuenta que ya estoy despierto, mi agobio me deja atenazado hasta que poco a poco voy entrando en mi propia realidad y va desapareciendo.
Estaba soñando que me encontraba en un restaurante de lujo comiendo con Pedro, por nuestro atuendo tan elegante con smokin, parecía que estábamos preparados para ir a algún evento importante después de cenar, nos levantamos y al ir a pagar, veo que tanto mi ropa como la de mi amigo están rasgadas y sucias, en mi cartera no había dinero, cambió de repente el entorno en el que nos encontramos y estábamos en un sucio solar rodeados de drogadictos y jeringuillas tiradas por el suelo.
Pedro cogía una jeringuilla del suelo y le pedía a uno que se estaba chutando le diera un poco.
Sus brazos estaban en tan malas condiciones, que no se encontraba las venas, varios abscesos supurando los tenia repartidos desde las muñecas hasta cerca del hombro, la visión era a la vez dolorosa y repugnante. No dejaba de temblar y le pidió al de al lado que le pinchara en la yugular. En cuanto se metió la droga dejó de temblar, Su nariz dejó de moquear y se tumbo en el suelo al lado de la basura y las jeringuillas y se quedó dormido...Yo contemplaba la escena con lagrimas en los ojos y al despertarme los tenia mojados...me costó mucho dormirme de nuevo...
Por la mañana tenia que ir a la obra de San José de la rinconada, mi coche estaba en el taller y tomé el tren, me saludaron dos muchachos en el vagón que no creía conocer, vi que uno sacaba un trozo de papel de plata de la cartera y se iba con su amigo hacia el servicio. Los dos salieron con los dedos manchados de la carbonilla del papel de plata, estaba claro que habían estado fumando heroína.
En esa época estaba haciendo la excavación, cimentación y estructura de un edificio con sótano de garaje, por primera vez utilicé casetones de porexpan para el forjado...
Estando en la obra aparecieron los dos individuos que vi en el tren, se incorporaban por primera vez al trabajo como ferrallistas, son los que montan las barras de hierro para los pilares y los forjados.
Los llamé y les pedí que me enseñaran la cartera, uno aún tenia un trozo de papel de plata con droga y los dos las manos manchadas, le dije que se fueran de la obra y que no volvieran mas. No me sirvió nada de lo que me dijo para que cambiara de opinión, en mi obra no quería drogadictos, por un motivo importante, pierden los reflejos y se producen muchos accidentes, ademas de tener que estar vigilandolos para que no se llevaran nada. Ya en el edificio que estuve haciendo para dragados en el circular de Mairena, tuve que poner cada día al salir los trabajadores controles para ver sus macutos...
Por la mañana en la obra, no dejé de pensar en esos dos individuos que seguramente tendrían familia y la estaba condenando a la miseria por culpa de su adicción. me derrumbaba pensar en este mundo tan salvaje en el que vivimos. Eso de salvaje me hizo recordar mi educación tan diferente de la que ahora observo en los jóvenes. Aún sin sillas para sentarnos en el salón de la tv por ser el mas grande, todos lo hacíamos en el suelo, que por cierto en invierno nos dejaba el culo helado, el director deportivo nos daba la clase de educación cívica.
Aprendíamos a hablar en publico, lo que era la educación hacia las personas, el respeto y sobre todo a los mayores. Por eso yo no podía entender que en la actualidad hubiera una embarazada de pie mientras un joven a su lado no se levantaba de su asiento, tampoco lo hacen con un anciano o personas impedidas, es algo que me revuelve por dentro.
En este blog tengo reflexiones echas al respecto de ese asunto y algo muy importante que aprendí desde joven, esta frase, ¡no desees para los demás, lo que no quieres para ti mismo¡ si quieres respeto, respeta, si quieres amabilidad, se amable, uno no puede hacer un mundo mejor si no empieza por hacerlo con sus propios actos...incluso ya a mi edad, sigo abriéndole la puerta a una señora o a un anciano para cederle el paso, sigo dando las gracias cuando me sirven en un bar o compro algo.
Creo necesario hacerlo por mi mismo, para sentirme en un mundo mas civilizado y humano, a pesar de la violencia con la que me encuentro en los medios de comunicación, la mala educación que hay en la calle...quizás prefiero vivir en mi burbuja, para no sentir que vivo en este mundo salvaje...
Capítulo 23.-
Notas para el libro.-
Mucho antes de empezar a escribir este libro, tomaba notas en un cuaderno de las cosas que recordaba para escribirlas. Aquí tengo una que dice, alucinaciones de Pedro.
Eso se refiere a una de esas tantas veces en las que intentó suicidarse. Por mi parte cuando yo lo he comentado con otras personas eso de sus intentos, me dicen que si una persona quiere suicidarse lo hace sin más, que los que lo intentan solo están llamando la atención para que lo ayuden. No estoy de acuerdo con eso por que conozco muy bien a Pedro y el se sentía muy frustrado cuando no lo conseguía, realmente quería morir por que no podía enfrentarse a sus propias culpas y a ese hombre en el que se había convertido, fracasado hasta el punto de buscar en la basura algo que comer, después de haberse gastado doce euros en drogas.
Su vida era un infierno y a mi no me tenia que convencer que sus intentos de suicidios eran reales.
En una ocasión, se fue a medianoche de un centro de acogida, forzó el armario del botiquín y se llevó una bolsa llena de pastillas, vendió parte para comprar droga y se tumbo a dormir en el interior del cajero de un banco, se tomó muchas pastillas diferentes y recuerda solo que una ambulancia lo llevaba con la sirena puesta, el pensaba en ese momento que lo estaban secuestrando y gritaba todo lo que podía pidiendo ayuda, socorro, socorro, me han secuestradooooo, cuando me lo contaba, no me cabía ninguna duda de que para el, eso era real, me hubiera gustado dar con el conductor de esa ambulancia para que me contara su versión pero no lo conseguí...
Se despertó dentro de una habitación de aislamiento del psiquiátrico con sonda urinaria y vía intravenosa, se sentía según el muy bien, como ya lo conocían probablemente el goteo tendría alguna medicación para evitarle el síndrome de abstinencia. Las manos le estuvieron temblando varios días.
No consigo permanecer impasible ante los recuerdos que me ha implantado este hombre y digo implantado por que no son mis experiencias ni mis recuerdos, pero a veces me siento como si yo los hubiera vivido y como me pasó en el capitulo 20, me deja algo tocado...
No me pasa lo mismo cuando escribo algo tan macabro como mi novela venganza salvaje por que todo es pura ficción, pero relatar la vida real es muy diferente...
Prefiero recordar a ese niño que se escapaba conmigo del internado en plena noche para caminar dos kilómetros hasta llegar a una venta a dar tirones...no me refiero a esos que dan los chorizos de los bolsos de las señoras, tirones en las mesas donde había comida para salir corriendo y el camarero de siempre salia en nuestra persecución, aunque pocos pueden coger a unos niños con hambre.
No es que se comiera mal en el colegio, es que a esa edad, es uno un pozo sin fondo...
Claro que esas salidas no quedaban impune, al otro día irremediablemente nos llamaban a la oficina del director, no servia de nada negarlo, pues aunque no solo nosotros hacíamos eso, eramos los mas conocidos por el dueño de la venta y los camareros...lo peor eran los castigos, teníamos un callo en los dedos de tanto escribir en la pizarra, ¡no voy a robar más¡...hasta quinientas veces..La mano dolía y el brazo se caía también de dolor y cansancio, pero eso no frenaba nuestro espíritu aventurero y pronto volvíamos a la carga aunque tuviéramos que andar mas para conseguirlo. Pusieron un pastor alemán atado a un árbol delante de la venta y sus ladridos en cuanto nos veía nos dejaba acojonado y nos íbamos a otro sitio, pero jamás volvimos al internado con las manos vacías.
Cuando llegábamos a los dormitorios, siempre se nos ocurría alguna gamberrada, en una ocasión a las dos de la madrugada, que volvimos, cogimos un bote de pasta de diente y se la refregamos a algunos por la cara, se despertaban en poco tiempo ardiéndole y picándole y nosotros partiéndonos de risa mientras a veces teníamos que salir corriendo hasta el campo de fútbol para que no nos cogiera...
Se montaba tal jaleo, que el celador de noche los levantaba a todos y los ponía a hacer flexiones, al día siguiente teníamos que estar pendiente de los caponazos que nos daban los compañeros...
Capítulo 24.-
Un derroche de alegría truncado.-
Siendo este libro una autobiografía, hasta el momento he hablado poco de mi vida familiar y mucho sobre la relación de ese amigo que tantos disgustos me ha dado. El día de mi boda tuve dos agradables sorpresa, una la llegada de mi primo Alfonso de Madrid, hermano de Mercedes que aún no conocía.
Como era característico en mi, siempre me estaba riendo. En mi oficina me decían el sonrisas...
Me casé en verano con un traje de terciopelo que se empeñó mi madre en que me hiciera el sastre de mi padre, lo que sudé con ese traje no os lo podéis ni imaginar...Yo unos meses antes me había comprado uno en una tienda de ropa por la que pase al salir a tomar café en la oficina. Lo vi en un escaparte y pedí me lo prepararan.
Cuando se lo llevé a mi madre para que lo viera me dice, pero tu estas loco?, es el día de tu boda y tienes que hacerte algo especial. Fui a ese sastre y me hice eso que parecía más una sudadera que un traje...pero como mi madre me veía muy lindo, pues nada, a sudar se dijo...envidiaba a los que iban en mangas de camisa mientras yo parecía un pavo al horno...
En la iglesia estaba muy distraído y cuando el cura me pregunto, ¿quiere usted...?, no me enteré de nada, subió el tono de voz y Rosi fue la que tocándome la manga del traje me hizo señas para el cura y yo dije, si claro, no voy a querer...me llegaron risas desde el fondo de la iglesia...
Después ella y yo hicimos un fabuloso viaje por Francia, Suiza, hasta Italia. Lo de ver las riquezas del Vaticano, a parte de su belleza me creó muchos sentimientos encontrados y hasta tristes, no podía comprender que hubiera tanta gente en el mundo muriendo de hambre con esos recursos que parecían inagotables de la iglesia católica, pero no era muy diferentes esas sensaciones cuando en los internados podía ver en sus iglesias un derroche de lujo en sus claustros y la comida ha veces era escasa. Pero el viaje fue fabuloso propiciado por mi suegro que nos regaló un millón de pesetas de la época que había estado ahorrando para le ocasión. Muy seguido nacieron mis tres reyes...
Mi vida hasta ese momento era tranquila y sin sobresaltos, pero todo cambiaría cuando dejé mi trabajo en A:E:G para montar una constructora y un bar de copas, es muy difícil conjugar una vida familiar normal con los horarios que tenia el pub...Durante el día me dedicaba a las obras y por la noche hasta la madrugada a beber balentain y servir copas, eso me pasaría una gran factura personal.
Me costó el divorcio porque no decía que no a un cuerpo que se me insinuara y mi vida familiar cambió dramáticamente, aunque no quiero ponerme triste hablando de ello...
Parece que la vida no te deja mucho tiempo con tus alegrías, hoy lo estaba, pero una llamada telefónica me la ha cortado de golpe. La responsable de la casa de acogida donde esta Pedro, me ha preguntado que si el estaba conmigo, por la mañana temprano había salido sin que nadie supiera nada y hasta ese momento que era las dos de la tarde, no había echo acto de presencia ni llamado.
Hasta las siete de la tarde no supimos nada de el, lo cogió la Policía Local por una llamada del servicio de seguridad del Corte Ingles, lo tenían retenido por robar y se lo llevaron. No podían retenerlo más de 24 horas, por que la cantidad robada no alcanzaba para constituir un delito, pero pasó la noche en los calabozos de la comisaria. Los responsables de la casa tenían que decidir ahora si expulsarlo o seguir dándole otra oportunidad. Fui a verlo y al preguntarle porque, se encogió de hombros y me dijo, lo se, he cometido una tontería...Pedro, cuantas más hasta que tenga que ir a verte al cementerio...te juro que no volverá a pasar Ángel, se que en ello me va la vida si no salgo adelante con esa basura que me esta matando poco apoco...
A mi no me jures nada mi amigo, mírate en el espejo y convéncete de lo que vas a hacer con tu vida y si no, mátate de verdad y deja que la gente descanse...me fue a abrazar y di media vuelta...
Capítulo 25.-
Días de ácido, (L.S.D).-
Corría el año 1975 cuando monté mi primera constructora, Menphis Gestión y Construcción S.A.
en un sitio emblemático de Sevilla, al lado del arco del postigo. Diseñé un catalogo de viviendas modulares para las nuevas urbanizaciones que en aquella época estaban de moda, España estaba creciendo económicamente y las familias se embarcaban en una segunda residencia en el campo. Al final de la calle de mi oficina que era Federico Sanchez Bedoya se encontraba la catedral, estaba ubicada dentro de un patio sevillano con tiendas de artesanía y mantillas. El lugar era precioso.
En seis meses, estaba en pleno funcionamiento y aproveche un local cercano que estaba vacío para montar otro negocio muy diferente, mi primer bar de copas, lo llamé Soma, por esa pastilla que distribuían en la serie de la BBC escrita por Aldous Huxley, en un mundo feliz para mantener al pueblo en permanente estado de euforia y felicidad.
Eran años de mucho trabajo, todo el día con el tema de las obras y a partir de las ocho de la noche en el Soma...mucha música, mucho alcohol y mucha juventud tomando de todo lo que pillaba. A Pedro lo invité a la inauguración, en aquella época estaba fuera de Sevilla pero acudió y se quedo tres días...
en un sitio emblemático de Sevilla, al lado del arco del postigo. Diseñé un catalogo de viviendas modulares para las nuevas urbanizaciones que en aquella época estaban de moda, España estaba creciendo económicamente y las familias se embarcaban en una segunda residencia en el campo. Al final de la calle de mi oficina que era Federico Sanchez Bedoya se encontraba la catedral, estaba ubicada dentro de un patio sevillano con tiendas de artesanía y mantillas. El lugar era precioso.
En seis meses, estaba en pleno funcionamiento y aproveche un local cercano que estaba vacío para montar otro negocio muy diferente, mi primer bar de copas, lo llamé Soma, por esa pastilla que distribuían en la serie de la BBC escrita por Aldous Huxley, en un mundo feliz para mantener al pueblo en permanente estado de euforia y felicidad.
Eran años de mucho trabajo, todo el día con el tema de las obras y a partir de las ocho de la noche en el Soma...mucha música, mucho alcohol y mucha juventud tomando de todo lo que pillaba. A Pedro lo invité a la inauguración, en aquella época estaba fuera de Sevilla pero acudió y se quedo tres días...
La segunda noche dejé a mi encargado en el bar y lo llevé al teatro y después a cenar a casa de un amigo en la que estaba invitado por su cumpleaños. Su casa estaba en la carretera de Carmona en un quinto piso. Eramos diez personas entre mujeres y hombres, después de cenar Pedro sacó de su cartera una papelina con cocaína, hizo unas rayas y ofreció, pero nadie quería eso, no era un grupo donde se consumiera drogas. El se hizo una ralla y guardó el resto.
A continuación sacó como una especie de papel secante con unos sellos pequeños decorados con una cara sonriente, ofreció y de nuevo nadie quiso aceptar el regalo...
Se lo puso sobre la lengua, no le notamos nada al principio pero en una media hora, sus pupilas estaban muy dilatadas, su cara parecía transfigurada como en un estado de éxtasis y felicidad. Empezó a andar arriba y abajo por el salón mientras tomábamos una copa. Lo vimos abrir la puerta de la terraza y quedarse parado delante de la barandilla, subía los brazos como si estuviera volando y un amigo que estaba al lado mio me dijo, ve con el, no te fíes que ese puede saltar...
Cuando fue a subir sobre una silla de la terraza, los dos salimos corriendo para el y lo tumbamos sobre el suelo, le duró el viaje tres horas y cuando lo vi mas recuperado le pregunte por lo que iba a hacer y lo que estaba sintiendo...
Cuando abría los brazos en la terraza, estaba a punto de saltar por que se veía así mismo como si fuera un pájaro que planeara hasta llegar al suelo. No sentía miedo por que sabia no le iba a pasar nada. Los rostros y la habitación era para el como un caleidoscopio de colores, el olor de la comida que quedaba era delicioso y penetrante, los sonidos estaban como aumentados por amplificadores y su felicidad en general estaba en un punto como jamas había conocido. Eso es lo que después me enteré era un buen viaje....
En otra ocasión que vi a Pedro, le recordé ese episodio y la cara se le ensombreció, me contó que cuando se enganchó en la heroína, había arruinado su vida, me veía a mi mismo como un ser despreciable y cuando me dieron un ácido fue muy diferente, tuve un mal viaje, tan malo que cuando me miraba al espejo veía en el un ser monstruoso, los sonido eran estruendos y los colores me dañaban la vista. Me acosté y fue lo peor que hice por que sufría tremendas pesadillas con los ojos abiertos y terminé temblando y gritando sentado en un rincón de la habitación. .
El ácido por lo visto potencia todo lo que de bueno o malo pasa por nuestro interior y si la persona es feliz se siente aún mas, pero si tiene graves problemas personales, se potencia todo lo malo que uno lleva dentro.
Yo no se si ahora los jóvenes toman lsd, pero en aquella época era algo muy común y acabó con muchos jóvenes en tratamiento psiquiátrico por un mal viaje...se quedaban colgados, hablaban solo por la calle o estaban como cogiendo moscas siempre totalmente perdidos...
Como ya comenté al principio, intento volcar las experiencias propias y ajenas en este libro con la intención de poner en guardia a todos aquellos que les gusta jugar a la ruleta rusa con su vida y en su momento, dar mis mejores consejos para aquellos que ya tienen problemas y quieren curarse.
Hay tres formas rápidas de dejar la droga, una es no hacer nada hasta que el sida y las enfermedades acaben contigo y créeme que es mas rápido de lo que piensas... otra y es la más rápida, pegarte un tiro y acabar rápidamente con tu sufrimiento y el que le infliges a tu familia y amigos...y el mas lento y efectivo, coger al toro por los cuernos y decidir hoy mismo ponerte en manos de profesionales que te ayuden con un solo objetivo en tu mente, la recuperación total física y psíquica...
Pues que tengan un buen viaje, pero libre de todo lo que te ate..
.
He pasado seis meses sin ir a ver a Pedro, prefería esperar a ver como evolucionaba, no era mi intención verlo, solo hablar con su psicólogo que me dijera como estaba.
Me vine con muy buena impresión, le habían rebajado cada semana la metadona y de ochenta con lo que empezó el tratamiento ya solo tomaba cuarenta y sin signos de ansiedad o dolores físicos, se sentía muy animado, participaba en todas las salida y talleres del centro y si sigue así en seis meses más estaría sin metadona, pues se la iban a seguir rebajando de acuerdo con sus propios deseos...
En una ocasión que hable con el, le advertí que la metadona es una droga mas pura y fuerte que la heroína que venden en la calle y la única forma de dejarla es rebajándola poco a poco y potenciar su autoestima realizando trabajos que le ocupen y le haga sentirse útil como persona, así superará la depresión que tiene y dejara de sentir que es un miserable.
Esa conversación me había alegrado el día, parecía como si una gran losa que me estaba aplastando de pronto apenas pesara y me dejaba liberado, iba hacia el restaurante la dorada que había quedado con un cliente para comer y no dejaba de silbar canciones en el coche. Busqué antes de llegar el libro,
Autoayuda, combatir adicción a las drogas de la referencia que me dio Enrique el psicólogo.
Me impactó una de las imágenes que traía de una mujer joven antes y después de consumir drogas...
Me hubiera gustado encontrar alguna foto de este tipo de cuando consumían droga y después ya recuperados, pero no encontré nada en librerías ni en Internet, pensaba que así podía verse en un futuro inmediato cuando estuviera totalmente recuperado...para que le sirviera de aliciente.
La comida transcurrió bien y fue exitosa como terminó al llegar a la oficina con el cliente y aceptar el presupuesto de unas viviendas que quería encargarme, el día no podía ser mas completo.
Ahora que estoy escribiendo este capitulo, me siento feliz y relajado por que no tengo pesadillas que contarles, o aunque si las tengo, no quiero hoy hurgar en mi memoria para terminar el día con el alma tranquila, aunque todos sabemos sobre esos días que nacen con un sol radiante y lleno de promesas y cualquier eventualidad lo termina nublado y con truenos...yo prefiero hoy cruzar los dedos y quedarme con lo bueno que el día me ha deparado...
En la noche antes de dormir repasé algunas notas que tenia para el libro y di con una anécdota de un día de reyes cuando teníamos ocho años y nos vistieron de rey mago para ir a llevarle juguetes y caramelos a los niños del hospicio de San Luis, otro internado que estaba en el centro de Sevilla donde había también un colegio de sordomudos. Tiene una iglesia que es una obra de arte...
En algunas ocasiones que estoy cerca, me gusta entrar y sentarme en un banco a contemplarla y escuchar música de órgano que ponen como fondo y me relaja mucho. En una ocasión que me encargaron un proyecto de rehabilitación de toda la calle, inserté entre las fachadas la fachada de esa iglesia dibujada a plumilla con todos sus detalles, mi madre la conservó toda su vida.
Pues el camino hacia San Luis que lo hicimos andando, fue un verdadero martirio, la barba me picaba más que la que me pusieron en el nacimiento como san José, pero ademas como iba de rey negro, el betún con que me pintaron la cara, me chorreaba por la cara del sudor cuando nos hicieron correr hacia el colegio por que llegábamos tarde, mis dedos estaban negro y mi cara al llegar parecía que había pasado un arado, la tenia llena de surcos blancos. Pero fue algo memorable cuando entramos en el colegio de sordomudos, ver la cara de felicidad de esos niños prácticamente de nuestra edad y hablándonos por señas con las manos que no conseguíamos entender, pero con sus sonrisas entendimos lo suficiente...
No puedo saber cuantas personas se enganchan en las drogas desde muy jóvenes, es una edad difícil en que el carácter no esta suficientemente formado y se puede caer muy fácil en la tentación de experimentar nuevas sensaciones. Puede que la primera vez no pase nada, pues el cuerpo necesita de una continuidad para habituarse y que se manifiesten los primeros signos de abstinencia que es cuando realmente el asunto es grave si no se para a tiempo. Pedro jugaba continuamente a la ruleta rusa...Llegó un momento en que no se negaba a participar de cualquier cosa que le ofrecieran.
En una ocasión tomando una copa en mi bar de la calle Betis de Sevilla, cuando ya habíamos cerrado, un americano que estaba dentro, tomó un plato y puso un trozo de pan en el centro, le clavó un palillo de dientes y sobre el dejó pinchado un trozo de hachís...a continuación le prendió fuego y lo apagó tapándolo inmediatamente con una copa. La copa se llenó de humo y le dijo que la cogiera y aspirara el humo de forma rápida, lo vi que empezó a sentirse mal y que no podía respirar bien, decía que necesitaba aire, el sudor lo invadió enseguida diciéndome que era un sudor frío. le abrí la puerta de la calle para que saliera a respirar y no tardó ni cinco minutos en caer redondo al suelo...
Me dio un susto de muerte y lo metimos de nuevo en el bar, en media hora se fue recuperando y creí que ya no volvería a hacer una tontería como esa...pero hizo otras diferentes y a cada cual peores...
Era como un pájaro con la boca siempre abierta para aceptar cualquier pastilla o ácido que le dieran.
Estaba sentado jugando al ajedrez con un cliente y desde la barra observe que abría la boca y le metían algo, a los veinte minutos aproximadamente estaba sin conocimiento tumbado en el suelo, nunca me enteré de lo que le habían dado, pero como tomaba mucho alcohol, todo le hacia daño. Solo estuvo en esa ocasión siete días en Sevilla, pero le rogué que no volviera por el bar...
Quien me iba a decir que ese niño con cara de bueno, lo podría ver en situaciones semejantes. Por que unas personas que prueban la droga nunca vuelven a consumirlas y otras sin embargo desde la primera vez se quedan enganchados, sin que haya aparecido el síndrome de abstinencia. Creo tener una teoría al respecto. Hay personas que el día que la prueban solo es por experimentar, si en ese momento está pasando por una situación personal difícil y la droga lo evade haciéndose sentir mejor, cuando vuelva a sentirse mal o triste, se acordará de eso que sintió y querrá de nuevo tomarla para sentirse bien, sin percatarse que cada disparo, lo esta acercando cada vez más a esa bala irremediable que surgirá de pronto para llevarlo al abismo sin remedio. Es un juego muy peligroso al que no hay que jugar, pues tarde o temprano el síndrome de abstinencia va a llegar haciéndote un esclavo.
Prefiero recordar a Pedro en muestras andaduras juveniles del internado. Le gustaba mucho el deporte como a mi y cada tiempo libre jugábamos a voleibol, balón cesto o a tenis de mesa que nos encantaba, los fines de semana estábamos continuamente pidiendo turnos en la mesa...
En una ocasión tomando una copa en mi bar de la calle Betis de Sevilla, cuando ya habíamos cerrado, un americano que estaba dentro, tomó un plato y puso un trozo de pan en el centro, le clavó un palillo de dientes y sobre el dejó pinchado un trozo de hachís...a continuación le prendió fuego y lo apagó tapándolo inmediatamente con una copa. La copa se llenó de humo y le dijo que la cogiera y aspirara el humo de forma rápida, lo vi que empezó a sentirse mal y que no podía respirar bien, decía que necesitaba aire, el sudor lo invadió enseguida diciéndome que era un sudor frío. le abrí la puerta de la calle para que saliera a respirar y no tardó ni cinco minutos en caer redondo al suelo...
Era como un pájaro con la boca siempre abierta para aceptar cualquier pastilla o ácido que le dieran.
Estaba sentado jugando al ajedrez con un cliente y desde la barra observe que abría la boca y le metían algo, a los veinte minutos aproximadamente estaba sin conocimiento tumbado en el suelo, nunca me enteré de lo que le habían dado, pero como tomaba mucho alcohol, todo le hacia daño. Solo estuvo en esa ocasión siete días en Sevilla, pero le rogué que no volviera por el bar...
Quien me iba a decir que ese niño con cara de bueno, lo podría ver en situaciones semejantes. Por que unas personas que prueban la droga nunca vuelven a consumirlas y otras sin embargo desde la primera vez se quedan enganchados, sin que haya aparecido el síndrome de abstinencia. Creo tener una teoría al respecto. Hay personas que el día que la prueban solo es por experimentar, si en ese momento está pasando por una situación personal difícil y la droga lo evade haciéndose sentir mejor, cuando vuelva a sentirse mal o triste, se acordará de eso que sintió y querrá de nuevo tomarla para sentirse bien, sin percatarse que cada disparo, lo esta acercando cada vez más a esa bala irremediable que surgirá de pronto para llevarlo al abismo sin remedio. Es un juego muy peligroso al que no hay que jugar, pues tarde o temprano el síndrome de abstinencia va a llegar haciéndote un esclavo.
Prefiero recordar a Pedro en muestras andaduras juveniles del internado. Le gustaba mucho el deporte como a mi y cada tiempo libre jugábamos a voleibol, balón cesto o a tenis de mesa que nos encantaba, los fines de semana estábamos continuamente pidiendo turnos en la mesa...
Pero sobre todo pasábamos temporadas fabulosas en el campamento de verano, aunque se trabajaba mucho en acondicionar los alrededores para señalizar calles con piedras pintada de cal, recoger las piñas secas caída de los pinares y estudiar las batallitas y estrategias de los conquistadores españoles..Me hubiese gustado quedarme en la inocencia de esos años donde se podía ser feliz solo con desearlo, tener la capacidad de vivir mi propio mundo sin dejar el mundo que me rodeaba con los amigos y los sueños de héroes de la conquista sin conquistar nada sin tener esta pesadilla que aunque sin buscártela, te haga sentir que la vida juega contigo a la ruleta rusa. Pero no me engaño, no es la vida quien juega, somos nosotros cuando cambiamos las balas de fogueo, por esas otras de plomo macizo que son las drogas y otras sustancias que algunos desaprensivo ponen en el mercado para nutrirse de tus despojos llevándote a una muerte lenta...
Ya solo queda un mes para que Pedro termine su tratamiento, me siento bien y como decían los versos de Góngora,...
Ándeme yo caliente y ríase la gente...
Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente.
Parece que siempre que me relajo en un capitulo sin muchas alteraciones, es por que la tragedia de nuevo esta a la vuelta de la esquina, como en este próximo capitulo llamado despropósitos...
No quería hacer este libro largo con los despropósitos, pero tenia en mis notas el asunto de un día que se presentó en una oficina portátil que tenia en la calle Virgen del Valle de Sevilla.
Hasta el momento de yo hacerme cargo de la construcción de sótanos de garajes y pisos encimas, había sido un cine de verano y posteriormente una pista de tenis. En plena excavación se me presentó en la oficina diciéndome que estaba limpio y necesitaba trabajo. Lo acepte y le dí unas indicaciones para el de la excavadora, medidas de los pozos medianeros y la general de la losa de cimentación.
En veinte días no tuvo problemas y acudía a su hora al trabajo, pero un día que le dí dinero para que comprara unas cosas en la ferretería, no apareció mas en todo el día. Al día siguiente me llama por teléfono diciendo que acababa de salir del hospital, lo cogió mi secretaria yo en ese momento estaba en urbanismo y le dice que estaba descalzo porque lo recogió una ambulancia de su casa pues se puso enfermo y que por favor le enviara dinero con alguien para comprarse unos zapatos...
Mi secretaria le dio dinero a un trabajador para que se lo llevara. Inmediatamente el se fue a comprar droga. Cuando apareció por la oficina estaba yo allí y llegaba con los brazos vendados...
Le pedí que me explicara lo que había pasado y que me dijera la verdad... El día anterior en el que le dí el dinero para comprar, se fue directamente a comprar droga y después no tuvo valor para enfrentarlo conmigo y se fue a su casa, vivía de ocupa en una vieja vivienda. Por la noche, el remordimiento de lo que había echo y el pensar que no tenia dinero para comprar al día siguiente, lo llevó a la salvaje decisión de cortarse las venas con un cúter de los que me tomó de la oficina...Estuvo desangrándose asomado a la barandilla del patio esperando tener valor para tirarse, pero empezó a sentirse mal por la falta de sangre y bajó a casa de la vecina diciéndole que se sentía muy mal...me imagino esa pobre señora con el vecino en su puerta sangrando por los brazos...Lo ingresaron y le dieron punto en ambos brazos, por la mañana, el psicólogo del hospital Virgen Macarena, le preguntó que por que había echo eso....el le dijo que estaba arrepentido, que nunca hay que llegar a eso, que lo empujó su necesidad a la droga pero que había recapacitado y por el mismo ya no iba a consumir más...Mientras le decía eso al psicólogo, estaba pensando en como conseguir dinero para comprar...lo consiguió de mi secretaria y después de ponerse bien, apareció por mi oficina con los brazos vendados pidiéndome perdón y diciéndome que jamas le iba a ocurrir de nuevo. Lo eché de la oficina y como en otras ocasiones, le dije que de mi se olvidara.
Cada vez que me pasaba algo con el, meneaba la cabeza en señal de negación diciéndome que era imposible que ese Pedro fuera mi querido amigo del alma con el que tan buenos momentos había pasado tanto en mi infancia como en mi adolescencia en los internados en los que estudiábamos.
Aquí nos hicieron una foto con el cura que nos daba clase de música en la rondalla...pero también seguíamos juntos cuando ya más mayor disfrutábamos en el otro internado de los meses de verano en la playa del puerto de Santa Maria...
Como llega una persona a degradarse tanto, como para dejar que sus problemas afecten de esa forma a un amigo y reiterarse una y otra vez en tamaño despropósito. Quizás esa pregunta ahora no la responda, yo en aquellos tiempos no tenia la respuesta, pero ahora creo tenerla y será parte de mi propósito en este libro para llevaros a la comprensión de este grave asunto y su solución...pero la solución pasa solo por la decisión firme del individuo enfermo con el objetivo puesto siempre en el futuro inmediato de recuperase cueste lo que cueste. Nadie lo va a curar, la persona se cura a si mismo con voluntad y la metadona y los psicólogos, solo son una ayuda...Si antes de empezar con un programa de desintoxicación, no tienes claro tus objetivos será una perdida de tiempo...no solo eso, si no que con cada fracaso, tu voluntad queda mermada costandote más la próxima vez para intentarlo. Si estas leyendo esto, solo te digo una cosa...¡Échale cojones, joder¡
Todos tenemos seguramente compartimientos especiales en el alma, esos que queremos permanezcan por siempre para no olvidarnos, esos rinconcitos que decimos están en el corazón de forma muy especial...solo es una forma romántica de decirlo por que sabemos que el corazón solo es un musculo que no tiene sentimientos, pero que más da eso...¿Acaso tenemos alma?...o todo lo que somos, pensamos o sentimos forma parte de nuestra educación, evolución o experiencias...Como esto no es un libro de filosofía y yo no tengo los conocimientos suficiente para decantarme en un sentido u otro, acepto que tengo alma y que hay cuartos especiales donde guardo mis recuerdos más preciados...
Y que recuerdo más preciado puede tener un hombre como padre que el recuerdo de sus hijos, esos que se te graban a fuego desde pequeño y te acompaña por el resto de la vida, máxime cuando esos hijos te han demostrado siempre su cariño y evoluciones de forma positiva o negativa, jamas te juzgan y te demuestran siempre su cariño y respeto.
En un rincón del alma es donde tengo a estos tres pequeños que aunque ya crecieron, en ese compartimiento permanecen inalterable y niños a lo largo del tiempo...
No importa las veces que haya visto estas fotos suyas, siempre me produce una ternura infinita y un deseo irrefrenable de poder dar marcha en el tiempo y abrazar sus pequeños y tiernos cuerpos.
Cuantas veces cuando mi vida se ha torcido, estos niños se han echo presencia en mi consciencia para darme toques de atención y reflexionar sobre mi vida para enderezarla, consecuencia del dolor que me producía, no sentirme digo de ser su padre...ellos han sido los héroes en la sombra, mis héroes....
Como permanecer impasible aunque separado de ellos por circunstancias, dejar al margen a estas tres caritas de ángeles, dulzura, ternura y sensibilidad en su estado más puro. Tengo en ese rincón del alma, recuerdos de ellos que me hacen escribir así de estos niños...me quedo extasiado mirando sus caras y me gustaría tener una maquina del tiempo que me trasladara de inmediato a esa época, abrazarlos de nuevo y aunque no me entendieran decirle solo una cosa, perdón por mi alejamiento, perdón por mi egoísmo, perdón por la locura en la que convertí mi vida...Pero se que ahora no tengo que pedirles perdón por nada, ellos no me lo aceptan porque dicen no tener nada que perdonarme, que si hice algo mal ellos no lo recuerdan y que eso tiene que estar solo en mi imaginación por sentirme culpable de algo y me demuestran su sinceridad sus comportamientos...Son esos gnomos de jardín que hubiera puesto a la entrada de mi casa. Doy por bien empleada mi vida por ver llegar a ver a estos niños convertirse en unos hombres guapos por fuera, pero inmensamente guapos por dentro...y sentirme tan afortunado de tenerlos..
Que cara más linda y pilla la de Miguelillo, pero que cara de felicidad la mía con el...como no quedarse con imágenes como estas y los recuerdos que afloran con ellas, la alegría que transmiten..
Mirando esta foto escribí hace años un poema que está en este blog que se llama Día de feria...Aunque estos niños ya han crecido no me los quito de la mente con esas edades, pero el mejor regalo que he tenido solo hace unos días en los que cenando con David y Sergio, me hicieron eso tan moderno que a mi se me escapaba, un Selfie, pero con el ya no se me escapa la instantánea para contemplar esos dos hombres en los que se convirtieron y que siguen tan dentro de ese rincón de mi alma para que me acompañen en los días de soledad mirándolos y diciéndoles, gracias hijos míos...
Hoy me he dedicado este capitulo, pero el próximo será para ese gran amigo mio Pedro, que está a punto de salir del centro de drogodependencia con un gran y prometedor futuro por delante.....
Les deseo un fabuloso y feliz fin de semana a todos...no abandones nunca tu lucha....
Ayer estuve hablando con el psicólogo de Pedro, me dijo que le iba a dar el alta del centro de acogida y que a partir de ese momento tendría que ir cada quince días al centro de drogodependencia para conseguir lo que yo le propuse, estar un año bajo la supervisión del centro y su psicólogo que le harían analíticas para comprobar que seguía limpio. Ya no tomaba metadona y si en ese año no reincidía, le darían un certificado y el alta definitiva como drogodependiente, para el era muy importante ese reconocimiento para cerrar esa etapa...
Es algo que a mi me interesaba que hiciera por el mismo y por sus hijos, pues aunque no estaban con el, que supieran que su padre estaba curado de esa cruel enfermedad. Se encontraba en esta casa...
Un precioso chalet de dos plantas con salón de televisión, dormitorios, cocina y todos los servicios,
ubicado en una gran parcela con jardines... Yo tenia una foto que no encuentro, de un día que estuve con el y en el jardín bailamos sevillanas en época de feria. A pocos metros está el centro de drogodependencia de la diputación de Sevilla donde el tenia que seguir en régimen de visitas.
Fui a recogerlo y como se acercaba la hora de comer lo lleve a la dorada, es uno de los restaurantes más preciado de Sevilla con especialidad de pescados y mariscos. Mientras comíamos estaba muy relajado pero no me miraba a los ojos, para mi es esencial cuando hablo con la gente que me miren y mirarlos, nunca de forma insistente, pero si mirar a los ojos, me inspira confianza...
Le pedí que lo hiciera y me confesó que se sentía muy avergonzado por lo que hizo y por traicionar mi amistad. Pedro, eso es agua pasada, ahora estás curado y ya va siendo hora de que cierres definitivamente esa puerta y enfoques el futuro con optimismo...Seguimos hablando y poco a poco se fue relajando y mirándome con franqueza a los ojos...
Lo dejé en casa para que se instalara cómodamente y me fui a la oficina a pasar la tarde, por la noche cuando llegué había echo la cena, un exquisito pollo asado con patatas arrugadas y mojo picón..
Fue la primera de muchas hermosas sorpresa que me dio en esa nueva etapa de su vida. Por la mañana lo lleve conmigo a la oficina y le dí la tarea de modificar un presupuesto con nuevos precios que le di. Era fundamental para el, que se sintiera útil y ocupado para integrarse plenamente en su nueva vida. Por su forma de trabajar, ya no dudaba en que estaba recuperado por completo.
Por la tarde estuvimos recordando anécdotas del internado en la casa cuna siendo unos críos...a veces
se pasaba hambre y muchos años después mi madre me explicó la razón...las despensas de las monjas estaban repletas de carnes y lo mejor que recibían, pero la de los niños apenas tenían lo suficiente y siempre de muy mala calidad. Mi madre envió una queja anónima y se presentó una inspección en las cocinas y despensas de los niños y las monjas, inmediatamente trasladaron muchos víveres de un sitio a otro y la superiora del centro recibió una amonestación formal y la amenaza de destituirla...La primera piedra de la casa cuna la puso el rey Alfonso XIII y Maria Eugenia en 1914, aunque nada tiene que ver con mi libro, son datos que quiero aportar junto con esta otra imagen tan hermosa que teníamos cerca de la entrada principal...
Aparte de la anécdota triste de la comida, la verdad es que vivíamos en un entorno de ensueño.
El que hiciera referencia antes a la comida, es por lo que Pedro y yo estábamos recordando de los días de escasez, esperamos junto a la piscina al camión de suministro que volcaba la verdura delante del almacén sobre el albero, era agosto con lo que supone esa temperatura en el verano de Sevilla, llegó poco antes de comer y teníamos un hambre los dos canina...conforme caían los tomates al suelo lo cogíamos y lo deborabamos sin lavar y tan caliente como una manzana al horno, en media hora estábamos echando tomate por todos los poros...total una semana en la enfermería...
Y eso no fue nada comparado con ese verano en el campamento que me comí tres melones enteros tan caliente como los tomates, los cogí directamente del camión cuando no me veían, si los melones hubieran sido de los grandes, me entierran con la barriga llena...aunque esa vez me tuvieron que trasladar al hospital, tenia trece años y hasta los veinticinco, no podía ni oler un melón sin que me dieran arcadas...como ven en la foto, nos parecíamos a las juventudes hitlerianas con nuestros rifles de juguetes haciendo instrucción...un poco de agujetas y después...a cantar el cara al sol...
Cuanto disfruté esa noche de la presencia de Pedro y su estado de animo, con eso de los tomates y mis tres melones, nos reímos con ganas y también al recordar esa ocasión en el campamento cuando ya estábamos en Virgen de los Reyes y sentados en una mesa limpiando lentejas, el me dice que tengo un alacrán subiéndome por la pierna, yo lo mire y le di con la mano, al caer al suelo lo pise con el pie desnudo y tenia que ser torero por que me clavó su espada como un maestro, el dolor al rato era insoportable y de nuevo al hospital, la verdad desde pequeño hasta ahora tenia que haber alquilado una cama permanente para mi y me hubiera ahorrado tantos viajes...En uno de los sitios que más he comido, ha sido en el cuartel de regulares uno de Ceuta, con eso que explique que era el responsable del garaje, podía pedir toda la comida que quisiera por los favores que me debían dentro del cuartel los oficiales...
Una de las anécdotas que recordamos fue del día de la patrona de regulares que estábamos obligado todos a desfilar, yo me levante temprano y cogí el camión de la basura para ir a los fuertes, ese día estaban todos los servicios suspendidos, pero aún así, me fui a una cala apartada en la playa y me metí a una roca a coger mejillones, la roca cortaba como navajas y aunque llevé muchos mejillones a la orilla, yo parecía que me habían atacado mil pirañas de la cantidad de cortes y sangre que tenia por todo el cuerpo de cada envite de las olas que me estampaban contra ellas...En el camión llevaba limón y en una plancha de metal, empece a asarlos después de hacer fuego. En media hora tenia treinta chiquillos alrededor esperando mejillones...Fue un día memorable.....
Cuando llegué al cuartel me mandaron directamente al calabozo, pero mi comandante al día siguiente me sacó, me necesitaba para que le hiciera los planos de las maniobras que se iban a hacer en Córdoba...Otro día, me fui con el cartero en un jeep a recorrer los fuertes, era el jeep del coronel y parecía Fittipaldi corriendo por las colinas de la sierra, pero me di cuenta que de eso nada cuando derrapé en una curva de piedras y caí varios metros dando vueltas por el terraplén...
Me lo arreglaron el fin de semana pero el mecánico no se dio cuenta que las ballestas estaban partidas y el coche sonaba como si se fuera a desarmar y el coronel asustado le pregunto al chófer por lo que pasaba y se lo dijo...total esa vez no me libró de un mes de calabozo ni el general que me sentó en sus piernas el día de la patrona que estaba yo de camarero sirviendo las mesas y quería que este sevillano le contara chistes, el estaba borracho pero yo más porque apunte una botella de jb a su nombre y casi me la termino allí mismo. Pero se la terminaron en el cuartel porque al llegar casi al amanecer, no encontraba ni el garaje y lo aparque delante de los dormitorios. A la mañana siguiente, los cabronazos me sacaron en procesión con cama y todo al patio y se tomaron la media botella que quedaba debajo de mi almohada. Me alegré que me despertaran pues ese día cogía el barco para regresar a España por un permiso de navidad. La policía militar no me dejaba embarcar por mi pelo tan largo y les prometí que al llegar a Ceuta me pelaría...me pasé toda la mili con el mismo pelo.
En otra ocasión y por una apuesta me afeité la cabeza contraviniendo las ordenanzas...una semana de calabozo y en otra por otra apuesta estuve cinco días andando descalzo por el cuartel y el comedor, aduje que tenia hongos en los pies y cada oficial con el que me topaba le decía lo mismo y me pedían un certificado medico que nunca llevaba, mis travesuras me hicieron ganarme el apelativo de sevillano toca pelotas por parte de los oficiales...pero genio y figura hasta la sepultura...
Por primera vez en mucho tiempo no tuve pesadillas con Pedro, dormí como un lirón y un saco de esperanza rellenando mi colchón...
Hoy le hice a Pedro un contrato de trabajo, lleva tres meses conmigo y no me ha dado la menor razón para que dude de su actitud positiva, sigue con sus visitas al psicólogo y no ha dado nunca un positivo en doping. Hablamos cada día sobre la postura a adoptar cuando por algún motivo se le pase por la cabeza la nefasta idea de consumir de nuevo. Me gusta su actitud, le digo que recuerde de nuevo mis palabras...tu no naciste enganchado, una mala decisión te llevo a eso y ahora tienes que retroceder en el tiempo a esa época donde ni conocías la droga, para que entiendas que ese es el estado al que quieres llegar, estabas bien y así es como tienes que estar el resto de tu vida...
Ángel, por nada del mundo me acercaría de nuevo a la droga, siento por primera vez después de muchos años el deseo de vivir y hacer cosas positivas, como te dije, me lo debo antes que nada a mi mismo y después a mi familia que pasó tanto conmigo. ¿Y yo que, cabronazo?...se ríe con carcajadas estruendosas y se me acerca para darme un abrazo, esta vez lo abracé con mucho cariño.
Mi empresa constructora Reycon S.L., había tenido que cerrar por falta de encargos, yo me contraté como jefe de obras para hacer un bloque de pisos en la calle San José de San José de la Rinconada, un edificio muy bonito con patio central dividiendo dos alas...al lado de la peña sevillista.
A Pedro lo coloque en una empresa de un amigo mio también del sector de la construcción y cuando pasó el año y le dieron el alta definitiva, alquiló un piso y se independizó. Por un lado me alegré por el que por fin volara solo, por otro algo triste porque había sido mi compañero el ultimo año.
Este libro lo estoy escribiendo cuando han pasado ya veinte años de los últimos acontecimientos, sigo viendo a Pedro y está en perfecto estado. Ya en mi casa empezó a engordar y a perder esa apariencia de perro famélico que tenia, esta mas viejo como todos los que pasamos de los sesenta y aquella enfermedad suya jamas hizo aparición de nuevo...
Decidirme a escribir este libro no ha sido fácil por lo que en el me implica y el tener que recordar de nuevo todo ese drama vivido, pero moralmente me sentía movido a escribirlo y por cerrar al cabo de tantos años ese capitulo de mi vida definitivamente...
Quiero en este momento a punto de terminar este libro, poner un enlace de una reflexión que escribí hace años en este mismo blog y que le da titulo a este capitulo...El triunfo de la voluntad, drogas no.
Si queréis leerla pinchar en ese enlace, pues desde hace muchos años quise escribir este libro para dar ánimos a todos los que lo intentaron y no lo consiguieron, por que esa guerra no la podéis perder aunque perdáis muchas batallas en el intento...
Espero que recordéis que puse esta imagen en el capitulo 26 y explique que no había encontrado en Internet una en el que hubiera un drogadicto recuperado, una foto con un drogadicto en los huesos y después de curarse se viera rejuvenecido y como nuevo...He esperado al final de este drama para presentaros a ese Pedro que realmente fue un amigo de mi infancia pero al que no vi de mayor, el Pedro del que os he hablado en todo momento soy yo, pero también soy Antonio, Manolo, Ignacio, Juan Ramón y todos esos drogadictos que están padeciendo y sufriendo esa fatídica enfermedad, para deciros que si es posible salir de la droga. os dejo con estas fotografías que no son de Internet, soy yo mismo en distintas épocas, antes y después...
Entre estas foto hay 20 años de diferencia, aunque en ese tiempo pareciera más viejo, os la pongo para que os sirva de estimulo a todos los que al miraros al espejo, deseáis no estar vivo y en lugar de buscar ayuda hacéis como Pedro, intentar forzar la salida de este mundo por miedo al mono y el no saber enfrentar el problema. Deja de ser Pedro, o Manolo, recupera tu vida de una vez por todas, antes de que sea tarde y sigas haciendo daño a tu familia hasta ese día que le llegue la noticia de que te encontraron en un callejón sin vida...tu puedes amigo, pero tienes que empezar sabiendo lo difícil que es y que perderás muchas batallas, pero al final se impondrá el triunfo de tu voluntad...
Os dejo un fuerte abrazo, mil sonrisas y mucha suerte...
FIN
EPÍLOGO.-
Hace años que estoy preparando este libro, con la intención de transmitir mis experiencias, pero sobre todo con esperanza de que puedan sacar provecho las personas que lo necesiten. Deben comprender lo difícil que ha sido para mi sacar a la luz publica todas esas miserias por las que pasé y las diferentes barbaridades que hice producto de esa gran depresión a la que me llevo el sentirme un drogadicto...Ha pasado el tiempo suficiente para que pueda escribir de todo esto sin que me afecte ni me preocupe el juicio que puedan hacer de mi, me conozco bien y se que soy una gran persona y no me preocupa lo que los demás piensen...Se que un drogadicto no suele tener medios para entrar en Internet a leer, pues cualquier dinero que cogen es para quitarse el mono para poder levantarse y buscarse la vida. Pero quizás les pueda servir a sus familiares si he sabido transmitir los puntos más importante donde se puedan apoyar para curarse.
El alcoholismo o la ludopatía no es muy diferente, yo tenia un socio que estaba enganchadisimo en las maquinas tragaperras y tenia monos tan graves como los tienen un drogadicto, cuando no tenia dinero para jugar lo vi en una ocasión en un bar sudando sin dejar de mirar a las maquinas y como no le di dinero para jugar, al poco tiempo estaba vomitando al lado de la barra. Con eso quiero dar a conocer a los que no lo sepan lo duro que es para el enfermo y también para las familias. Debo de insistir una vez más, que el drogadicto es un enfermo y como tal hay que tratarlo y respetarlo. No haces bien en criticarlo o mirarlo por encima del hombro.
En una ocasión aprendí sobre las criticas algo importante, las criticas tienen que ser constructivas, si vas a hacer una critica, hazla con respeto y con la intención de ayudar a la persona a la que se la haces, tienes que intentar transmitir que lo estas intentando ayudar, pues de otra forma la persona criticada solo puede sentirse mal y cerrarse a la persona que se la hace...
Las fotos que he publicado son mías, la mayoría aparecen en un vídeo de mis obras insertado en el capitulo 21. excepto las perspectiva que están sacadas actualmente de Google heart.
Espero haber cumplido con el objetivo de hacer un libro ameno con esos recuerdos y anécdotas graciosas que he ido recordando y poniendo en mi bloc de notas durante estos años. Debido a la crudeza del tema de fondo, no quería que el conjunto fuera excesivamente dramático.
Deseo que mi esfuerzo haya merecido la pena y que lo disfruten...